Adriana Federigi: “Tenemos 300 hectáreas con olivos y queremos expandirnos a 200 más”

La directora del Grupo Dibiagi habló sobre el proyecto de triple impacto que desarrollan en Costa de Araujo. De la logística al aceite de oliva.

La directora del Grupo Dibiagi habló sobre el proyecto de triple impacto que desarrollan en Costa de Araujo. De la logística al aceite de oliva.
La directora del Grupo Dibiagi habló sobre el proyecto de triple impacto que desarrollan en Costa de Araujo. De la logística al aceite de oliva.

Parte del terreno es arcilloso y en algunos sectores de la propiedad también está cubierto por una capa de tierra blanca, talcosa. Todo lo que está allí ha sido construido sobre el desierto, aplanando dunas. En Costa de Araujo, Lavalle, la finca La Celina es una unidad productiva de 300 hectáreas en la que fueron plantados olivos de los varietales Arbequina, Changlot y Picual. Su objetivo fue crear un ecosistema que tenga un fuerte impacto social y también ecológico. Una gran máquina termina con la cosecha de aceituna de los últimos cuadros, todo está en constante movimiento; en pocas horas el fruto convertido en Aceite Extra Virgen -en la planta montada en lugar- comenzará a decantar en tanques de acero inoxidable.

Adriana Federigi, directora del Grupo Dibiagi conocido en la provincia por su desarrollo en el sector de la logística, agradece la visita de un pequeño contingente y repasa brevemente la historia del emprendimiento, que desde 2021 lanzó al mercado local una línea de productos, con una imagen moderna y disruptiva, bajo el nombre de Oliver Cooks. Es una nueva etapa comercial, luego de exportar la producción a Estados Unidos y España.

“Oliver Cooks es la marca con la que fraccionamos parte de nuestra producción para destinarla al mercado nacional. Es una línea de Aceite de Oliva Extra Virgen que nace de los olivos que hemos plantado en La Celina; una unidad productiva de 300 hectáreas que se trabajan de forma intensiva y ultra intensiva”.

-¿Por qué es importante la trazabilidad del fruto?

-Los cultivos están próximos a la planta elaboradora, que también está en este predio, porque lo que estamos tratando de cuidar es el proceso del cultivo, que se desarrolló en base al manejo cuidadoso de todos los factores que determinan la calidad del fruto, el suelo, el riego y también la incidencia climática. Controlamos desde que el fruto está maduro en la planta, en fresco, para que pueda llegar en tres horas a ser convertido en aceite de oliva virgen. En ese tiempo tan corto es donde nosotros podemos garantizar la calidad de nuestro producto.

-¿Por qué se decidieron en hacer solo aceite?

-La elaboración de aceitunas en fresco necesita de otro proceso; lo que nosotros estamos buscado es obtener la mejor calidad para nuestro aceite, que procure llegar a la mesa de los consumidores argentinos y aportar el valor nutricional que sabemos que está presente en este aceite extra virgen. Lo que pretendemos con el fraccionamiento de este producto es lograr que todos los consumidores puedan incorporar este producto como un alimento más en su dieta.

-Hablaste de educación, ¿qué etapas necesitan transitar para lograr ese objetivo?

-Vamos de apoco, pensamos que es necesario un cambio en la cultura alimentaria de la gente. Este producto está llegando al consumidor, a las vinotecas, a los centros de distribución que utilizamos normalmente; son espacios donde el público puede tener un tiempo no solo para tomar la decisión de comprarlo, sino también la posibilidad de degustarlo y conocer más sobre él. Son lugares en lo que se puede ir conociendo las bondades que tiene el aceite extra virgen para nuestra salud. En este proceso vamos de la mano con nuestros revendedores para mejorar los canales de información al público.

-Trabajan con distintos cortes para sus blends, ¿han pensado elaborar una línea de varietal?

-La idea del varietal tiene que ver con el conocimiento. Por lo pronto estamos educando, no queremos pensar que esto no los vamos a elaborar nunca futuro, pero en el proceso de educación vamos haciendo que nuestro equipo de profesionales -que trabajan en esta línea, en esta marca-, busquen la mejor forma para que la gente pueda apreciar un sabor delicado. Es parte del proceso de información y educación entender de los sabores, nos acercamos al consumidor y le vamos dando opciones de gustos suaves o más intensos; esto es lo que nos da la posibilidad de blendear nuestros varietales.

-Hicieron foco en la utilización de energías limpias, ¿por qué ser una empresa B?

-Estamos amigados con el medio ambiente en función de lo que queremos lograr: elaborar un producto saludable. Para eso que mejor que poder utilizar y reutilizar todos los recursos de una manera más ecológica. Cuidamos el agua que tenemos a mano, haciendo un gota a gota sobre cada una de las plantas; en el proceso de elaboración también tenemos ese cuidado, porque lo que desechamos en el proceso vuelve al medio ambiente en forma de compost, el orujo o alperujo que queda pasa al campo. También a un proceso de secado, para convertirlo en una especie de tierra que utilizamos para alimentar las calderas –un proceso de biomasa-, el material entra en combustión y calienta el agua que se utiliza en todo el proceso de la planta.

Transformar el paisaje

El año de la pandemia representó un desafío para el Grupo Dibiagi, porque comenzaron a diseñar una línea de aceite para llegar al mercado local. Con una capacidad de producción de 500.000 kilos de aceite, parte de ese volumen se destinó a Oliver Cooks. Una etapa más desde que en 2003, comenzaron a invertir en desarrollos agroindustriales. En 2016, se construyó socavando una duna, la planta elaboradora de aceite, y los primeros despachos al exterior.

En los planes próximos está la expansión sobre 200 hectáreas más de olivo, en una finca a un kilómetro de distancia de La Celia. La empresa, que es liderada por mujeres, también conserva planes para la construcción de un albergue y de otros servicios que seguirán impactando de forma positiva para la zona.

-La llegada a esta zona de Costa de Araujo, en la que predominan otros cultivos, ¿obedece a la búsqueda de un buen uso de los recursos naturales?

-Estamos en una zona desértica que se ha convertido en un vergel, estamos convencidos que es un buen aporte que haremos para combatir el cambio climático. Venir y utilizar el agua que ya fue utilizada para crear un nuevo paisaje productivo; hacemos uso de un agua que irrigación nos permite utilizar por medio de una resolución especial para las zonas acres. Son para áreas de cultivo especial y que tienen este fin. Son aguas tratadas por irrigación, a las que notros también le realizamos un tratamiento para pasar a los filtros para el riego por goteo. Es una zona desértica que no le llamaba la atención a nadie pero que –junto a otros vecinos- estamos intentando convertir en un futuro vergel.

-¿Allí se encuadra el proyecto de expansión?

-Tenemos un proyecto de expansión de 200 hectáreas más para el cultivo de olivos, la finca estría muy próxima a este lugar para controlar la trazabilidad de los frutos y cumpliría con todas las características necesarias para cultivarlas bajo la resolución de zonas acres. Sería una forma de aportar al crecimiento de la zona, extendiendo los cultivos y aumentando la producción.

-¿La mano de obra es del lugar?

-La mano de obra es la mano de obra es de la zona, nosotros tenemos personal operario que reside cerca. Nosotros mayormente tenemos 20 personas que están ocupadas en el periodo de producción, es la planta estable. A ellos se suman los profesionales satélites que se ocupan para los distintos tipos de investigación y de actividades de laboratorio, como también para la información logística y la distribución del producto. Se ocupan profesionales idóneos en cada una de las materias y esto ha hecho que podamos convocar en Mendoza a más expertos que están volcando su experiencia en un producto mendocino.

Cuando llega el periodo de la cosecha y por necesidades de la planta se requiere hacerlo en forma manual, tomamos personal temporario; como para cumplir con otras tareas que se realizan a lo largo del año.

Perfil

Es Licenciada en Ciencias de la Comunicación, carrera que realizó en la UNCuyo, directora del Grupo Digiagi y responsable de la marca Oliver Cooks de Aceites de Oliva Extra Virgen. Adrina Faderigi de Dibiagi sostiene: “Siempre pongo como primer profesión la de ser mamá”. Ella tiene seis chicos de una familia ensamblada y está casada desde hace 19 años.

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