Los comercios del centro se mudan y lanzan ofertas para sobrevivir

La división de zonas ya no es tan clara. Abundan las promociones de todo tipo en un contexto de ventas bajas y salarios golpeados.

Aún los locales que optan por no poner los precios a la vista –como dijo un comerciante, “para no asustar a los clientes”. Foto: José Gutierrez / Los Andes
Aún los locales que optan por no poner los precios a la vista –como dijo un comerciante, “para no asustar a los clientes”. Foto: José Gutierrez / Los Andes

Hasta hace unos años había una división muy clara en el centro mendocino entre las tiendas ubicadas desde Colón hasta Las Heras, y las situadas desde esa avenida hacia al norte. Hoy, esa diferencia se ha desdibujado; algunos negocios más accesibles han desembarcado sobre calle Catamarca e incluso sobre San Martín, mientras que por 9 de julio y en las inmediaciones de General Paz, pueden verse boutiques con valores intermedios.

“Guerra” de precios

Los centros comerciales suelen tener un cierto dinamismo y es común que algunos locales desaparezcan para dejar su sitio a otros nuevos. Algunos cambios, sin embargo, tienen la impronta de la crisis económica, agravada por más de un año de pandemia. Así, aunque desde hace un tiempo muchas tiendas estaban de “liquidación permanente”, con descuentos en ciertas prendas o productos, ahora la mayoría tiene “precios de oportunidad”, rebajas –pese a que recién está llegando la nueva temporada- y bonificaciones por pago en efectivo o por llevar más de una prenda.

En calle Catamarca, a metros de San Martín, conviven los comercios de indumentaria para hombre y para mujer sin precios en la vidriera, con otros abiertos, en los que la ropa colgada y los carteles con su valor en cada perchero se pueden apreciar desde la vereda. En uno de ellos, hay pantalones de jogging para dama a $ 1.130, otros de lanilla a $ 850 y remeras o polerones del mismo material a $ 750.

Enfrente, un comercio de ropa para hombre tiene los precios de cada prenda que hay en la vidriera con el valor anterior tachado y el nuevo, con importantes descuentos: un pantalón de buzo estaba a $ 3.800 y ahora cuesta $ 3.200, uno de jean pasó de $ 6.500 a $ 4.990 y las camisas que costaban $ 3.690 hoy se pueden comprar por $ 3.200.

Sin embargo, aún los locales que optan por no poner los precios a la vista –como dijo un comerciante, “para no asustar a los clientes”-, sí tienen anuncios que indican que se hace un 10% de descuento por pago en efectivo. La rebaja puede ser incluso de 15% si se llevan dos prendas o de 20% si se compran tres.

Sobre la avenida San Martín, entre Espejo y Gutiérrez, también puede encontrarse uno de estos negocios abiertos, con valores muy accesibles, como un jean de mujer a $ 900, un sweater a $ 1.200 o dos remeras de manga larga por $ 900. Una de las vendedoras del local comentó que durante el verano hubo mucho movimiento, porque la gente salía más, pero desde hace unas semanas la afluencia de personas se redujo. Si bien el sábado pasado tuvieron varios clientes, el lunes hubo muy pocos. “El problema es que los precios suben, pero los salarios no. Se pide la ropa más económica”, contó la joven.

El diagnóstico fue compartido por una empleada de otra tienda, con un perfil bien distinto, ubicada sobre calle Espejo. La trabajadora contó que “todo está muy tranquilo” y señaló que, si de por sí se veía poca gente en las calles que no son principales, con las restricciones eso se ha agravado.

Los fines de semana la situación mejora, aunque ya han recibido las prendas de la temporada de invierno y las ventas aún no despegan. Esto, consideró la empleada del local, se puede deber en parte a que todavía no han habido demasiados días fríos, por lo que muchos mendocinos recién ahora están sacando la ropa de abrigo y viendo qué necesitan.

Mejora poco confiable

El relevamiento mensual que realiza la CAME (Confederación Argentina de la Mediana Empresa) mostró, en abril, un crecimiento de las ventas –medidas en unidades- de 40,8% en promedio en todo el país. Sin embargo, se debe recordar que abril de 2020 fue el mes más crítico para el comercio, ya que recién a fines de mayo se permitió volver a atender de modo presencial. Si en cambio se hace una comparación con el mismo mes de 2019, se observa una retracción del 26,8%. Es decir que, para que fueran valores realmente positivos, la suba de las ventas minoristas debería haber sido de 92%.

Esto explica que en muchos comercios ofrezcan 20% de descuento, rebajas de $ 9.500 a $ 6.650 para una campera o de $ 2.400 a $ 1.650 para un jean; o que una perfumería sobre avenida San Martín ofrezca 2x1 en tinturas y fragancias alternativas, 30% off en perfumes importados y 15% a 25% off en maquillaje, entre otras promociones. También se destaca el caso de una tradicional tienda de tejidos brinde, que en pleno inicio de temporada trabajó con un 50% de bonificación en la segunda prenda.

Sin embargo, hay otros locales que tienen precios intermedios entre las boutiques o tiendas más reconocidas y las ferias o comercios pequeños del estilo “persa”, en los que la situación es diferente. Una joven que trabaja en un local sobre 9 de julio, entre General Paz y Godoy Cruz, contó que el fin de semana fue mucha gente y que ayer, pese a ser martes, apenas abrió hizo una venta. Sobre los motivos, estimó que puede deberse al público al que apunta: mujeres jóvenes que buscan la ropa de tendencia, pero a valores accesibles, como un pullover con animal print blanco y negro a $ 1.800.

Otra vendedora en un comercio similar, sobre 9 de julio, pero entre Godoy Cruz y Barcala, comentó que, si bien con las restricciones por DNI bajaron las ventas, el sábado la gente salió a comprar, como si necesitara gastar. “En Argentina se vive el día a día. Como no sabemos qué hacer con el dinero, lo poco que tenemos lo gastamos”, planteó. En este negocio venden al por mayor; es decir, con descuento por pago efectivo.

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