Protestan contra el Senasa por restringir el ingreso de cítricos

Las medidas del organismo de sanidad bloquea el ingreso de fruta, así como se dificulta la venta de uva en fresco. El Iscamen trabaja en una propuesta para solucionar el tema.

Puesteros introductores de cítricos realizan una protesta en la puerta del Senasa en Mendoza. Foto: Orlando Pelichotti
Puesteros introductores de cítricos realizan una protesta en la puerta del Senasa en Mendoza. Foto: Orlando Pelichotti

Los puesteros que venden cítricos en los mercados de abasto de Mendoza no aguantaron más. Las medidas restrictivas del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) sumado al exceso de controles que reclama el organismo nacional provocó un conflicto que desencadenó en desabastecimiento y puede terminar en cierres de locales y despidos masivos de trabajadores.

Así lo hicieron saber los introductores de cítricos durante una manifestación en la sede local del Senasa. “Este no es tema técnico, es un problema político. Tenemos dos gobiernos de distinto color, uno nacional y otro provincial y lo cierto es que en el medio estamos nosotros, los vendedores, y somos los que terminamos perdiendo”, dijo Anael Carrasco. Luego, agregó: “Ni un solo cítrico está entrando a la provincia”.

Pero, además del drama que engloba a los cítricos, la producción vitícola mendocina también cayó dentro de la bolsa porque las dificultades para llevar adelante la desinfección mantuvieron frenada la venta de uva en fresco, tanto para el mercado interno como para el internacional.

Desde el Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria de Mendoza (Iscamén) confirmaron que están trabajando en una propuesta para elevar al ente nacional que conduce Diana Guillen con el objetivo de ponerle fin al conflicto.

Un tema que sigue sin resolución

El problema que mantiene en vilo a los puesteros de los cinco mercados de abasto mendocinos comenzó a fines de diciembre del año pasado. El Senasa prohibió la venta de cítricos desde los puestos en el Gran Mendoza hacia el sur provincial y la Patagonia.

El argumento, según los perjudicados directamente, fue que el organismo nacional detectó pomelos de contrabando en el sur del país que salieron supuestamente desde Mendoza.

Pero, al margen de la restricción en las ventas, Senasa avanzó con nuevas disposiciones en los controles que son prácticamente de imposible cumplimiento. Las medidas afectan al Iscamen ya que debería disponer de más inspectores y también a los Centros de Tratamiento Cuarentenario (CTC) esparcidos por todo el territorio nacional.

Esta situación desencadenó el rechazo inmediato de la asociación que agrupa a todos los centros de desinfección y el 10 de este mes comenzaron una medida de fuerza por tiempo ilimitado.

“Está el documento de tránsito vegetal que permite establecer la trazabilidad de la fruta, pero el Senasa quiere cada vez más controles. Se emperraron en exigencias que no se ponen ni en Europa y nosotros terminamos pagando los costos. ¿Cuánto sale colocar más inspectores, y los de ellos? No confían ni en sus propia gente”, comentó muy molesto Anael Carrasco.

Según detalló este comerciante, en medio del desabastecimiento lo que está por ingresar viene de España y Egipto pero con otros valores: “Un cajón de allá ronda los $12.000, con lo que el consumidor final va a terminar pagando un kilo de naranja entre $1.000 y $1.500, cuando tenemos producción nacional que no sale más de $500 el kilo”.

“Al final terminan favoreciendo al grande que es el que puede importar, mientras que acá no tenemos fruta para vender y esto va a terminar en cierres de locales y despido de gente, porque cómo se hace para pagar los sueldos si no se trabaja”, aseguró Carrasco.

Entre las reflexiones que dejó el comerciante, voz cantante de la asociación (en formación) que agrupa a los introductores de cítricos en Mendoza, el problema no solo es económico, sino que está escalando a la salud y la educación. “No hay naranjas para los hospitales, a este paso no habrá mandarinas para las escuelas y todo se debe a un capricho. No hay respuestas técnicas para lo que pide Senasa y no les importa que la gente se funda, que pase hambre”, expresó indignado.

Ventas de uva en fresco a cuenta gotas

El conflicto con Senasa escaló a niveles impensados y la vitivinicultura también sufre las consecuencias. Los principales afectados por el paro en los Centros de Tratamiento Cuarentenario (CTC) fueron los vendedores de uva en fresco con destino al mercado interno como así también los que exportan, porque la uva debe ser fumigada para combatir la polilla de la vid.

Fuentes consultadas de la Asociación que reúne a los CTC indicaron que hubo conversaciones entre las partes y arribaron a un acuerdo para que no se perjudique a la producción local. Por un lado se estableció que martes y viernes se realiza la desinfección de la uva en fresco que tiene como destino el mercado interno. En tanto en la jornada de ayer comenzaron a operar las cámaras para permitir la salida al exterior de uva en fresco.

Tengo que cumplir con cuatro clientes en Brasil y hace una semana y media que tengo la uva parada. Por suerte me confirmaron que empezaron a fumigar por lo que luego de 48 horas voy a poder realizar el despacho”, comentó Ernesto Villasante, productor y exportador de uva.

Al igual que Carrasco, introductor de cítricos, el viñatero resumió la situación en que “al final del camino, todos estos problemas recaen sobre el productor”.

Una propuesta para zanjar diferencias

Desde el Iscamen confirmaron que están trabajando en una propuesta para ponerle punto final al conflicto. El documento que está en elaboración es una iniciativa de los comercializadores, los representantes de los CTC y el organismo mendocino.

El Iscamén busca ser parte de la solución. Pretendemos proteger el patrimonio fitosanitario, pero al mismo tiempo permitir que se pueda comercializar cítricos”, dijo Alejandro Molero, titular del Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria de Mendoza.

Si bien se están ultimando los detalles, la propuesta que elevaría Mendoza al Senasa consiste en ampliar la cantidad de inspectores del Iscamen, abriendo nuevos puestos de control pero en el interior de los mercados de abasto.

Estas medidas se sumarían a las barreas sanitarias que están instaladas en los ingresos a la provincia y las rutas que conectan los oasis mendocinos.

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