Incendios en Chile y el desarrollo del hábitat

Los tremendos incendios en la región central de Chile desnudaron las falencias en lo que concierne al desarrollo seguro del hábitat. También mostraron el caso ejemplarizador de un sector habitado, en medio de las llamas, que, por haber ejecutado medidas de prevención anteriores al suceso, se vio librado del devastador alcance del fuego.

Incendios en Chile
Incendios en Chile

Los devastadores incendios forestales en la zona de Valparaíso y Viña del Mar, arrasaron vecindarios enteros, causando el fallecimiento de más de 150 personas y la pérdida del techo de miles de familias.

Muchos artículos de la prensa nacional e internacional han tratado en estos días la cruda realidad del hábitat popular en Chile.

Los llamados “campamentos”, donde reside una cantidad muy elevada de personas, son tomas de tierras generalmente no aptas para el uso residencial.

Muy descriptivo al respecto es el informe realizado por la organización Techo Chile, una organización que estudia el tema de la vivienda en Latinoamérica, es revelador de la gravedad de la situación en este aspecto en el país hermano.

También resultan muy contundente la propuesta que del arquitecto Miguel Lawner, que se puede consultar por Internet, quien recomienda que las agencias del gobierno con trayectoria en hábitat social deben poner en marcha vigorosos programas para salvar a las poblaciones villeras de riesgos de catástrofes como la acontecida pocos días atrás allende la cordillera.

Además de lamentar la desgracia sufrida por hermanos los trasandinos, resulta ejemplarizador como un barrio de 70 unidades habitacionales sobrevivió a los graves incendios.

El caso ocurrió en el barrio Botania, sector de Quilpué, que es una comuna perteneciente a la región de Valparaíso, muy cerca del Jardín Botánico de Viña del Mar.

Pese a que a su alrededor hubo llamas de gran poder destructivo, ese conglomerado no sufrió daños y sus casas se encuentran intactas, gracias a un plan de prevención que implementó Corporación Nacional Forestal (Conaf) junto a la organización Caritas Chile. El caso fue descripto por el diario trasandino La Tercera, en ediciones pasadas.

No fue por milagro que ese complejo habitacional se salvó de la destrucción, estando ubicado en el centro de la catástrofe.

Desde el año pasado, la citada Conaf y Caritas prepararon al lugar con un plan de prevención de incendios que funcionó de manera excelente durante los recientes siniestros.

Entre las ocho o diez medidas que se tomaron en el mencionado barrio con anterioridad a los incendios de la región de Valparaíso, una fue la realización de tareas de capacitación por parte de los vecinos y la creación de un mapa donde se señalaron los potenciales peligros, además de la realización de un simulacro general que permitió evaluar el real desempeño de la comunidad.

Asimismo, se instalaron estanques de agua, con una capacidad de 4.500 y 10.000 litros y se desmalezó el terreno alrededor de las viviendas.

Otras disposiciones implementadas por técnicos y pobladores fueron adoptar el concepto de distancia segura, es decir conseguir una separación mínima entre las casas y la vegetación, con el añadido de limpiar las orillas de los caminos.

Todo lo anterior podría perder efecto si no se cuenta con un buen sistema de comunicaciones, que para el caso fue prestada por los clásicos walkie talkie, ya que durante estas emergencias la señal telefónica puede saturarse.

Lo narrado en materia de prevención se aplicó en un área pasible de ser afectada por incendios forestales y de estructuras, pero su experimentación también puede ser propicia en Mendoza, no sólo por incendios de campos o forestales, sino en materia de entrenamiento y organización de la población frente a un posible evento sísmico.

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