Madres que abren caminos: mendocinas que comparten con sus hijos la pasión por el arte

Día de la madre. Cinco mendocinas vinculadas a distintas actividades artísticas nos cuentan cómo es ser madres y compartir el amor por lo que hacen con sus hijos, las dificultades y los anhelos detrás del esfuerzo conjunto.

Día de la madre. Madre e hija son bailarinas.
Día de la madre. Madre e hija son bailarinas.

“Porque soy madre y argentina” decía Jorge Luz en su inolvidable personaje televisivo, aludiendo a dos valores inapelables de la cultura nacional de entonces y que han pasado por diferentes estadíos de transformación, deconstrucción y reformulación. Sin embargo, el quehacer materno -aquello que resulta insustituible y que involucra desde cuestiones biológicas como la concepción y el alumbramiento hasta las conexiones más profundas del alma, pasando por aspectos pragmáticos como la conformación psíquica e identitaria de un individuo- sigue siendo uno de los pilares fundamentales en la vida de cualquier ser humano, aún de los que por algún motivo no tuvieron contacto con sus madres.

La figura materna, bajada del pedestal, terrenalizada y allanada por las nuevas concepciones sociales, sigue siendo el lazo más genuino, profundo e indispensable no solo para la manifestación de la vida sino para su continuidad y, en muchos casos, para la realización personal y profesional. Tal es el caso de muchísimas mendocinas que transmitieron a sus hijos e hijas sus gustos y pasiones profesionales, heredándoles no solo la genética sino también un proyecto de vida, abriéndoles camino al mundo.

Aquí contamos las historias de madres mendocinas que son figuras destacadas del arte y la cultura cuyos hijos siguieron sus pasos y son también referentes de las disciplinas en la que se desarrollan.

Día de la madre. La madre es periodista y escritora y la hija, artista plástica.
Día de la madre. La madre es periodista y escritora y la hija, artista plástica.

Una de ellas es Lila Levinson, conductora televisiva y de radio, con una extensa trayectoria comunicacional que incluye conducciones de varias Vendimias, cuya hija Vivian se inclinó por las artes plásticas y actualmente comparten sus gustos y pasiones. “Mi hija desde muy pequeña era habilidosa para todo. Podría haber sido chef internacional y enseguida se notó que tenía habilidades artísticas”, cuenta la orgullosa madre. “Yo no sé si se lo transmití, porque mi arte va por otro camino, aunque dicen que todos los caminos conducen a la misma meta, ¿no? Lograr lo que a uno le apasiona”, y afirma “Ella tiene un maestro cósmico que conduce sus manos”.

Vilma Rúpolo, bailarina y coreógrafa, directora de Vendimias entre muchos otros talentos, tiene dos hijos que se vinculan al arte y en alguna medida siguieron sus pasos. Mariano Leandro y Laura Natacha Morales Rúpolo comparten con su madre la pasión por la danza y la producción artística. “Cuando era chiquita Laura escuchaba el cuento ‘La hormiguita viajera’ que yo le contaba, más las obras a las cuales yo le iba haciendo coreografía, entonces cuando nos dormíamos, esa música -como por ejemplo, Las Bachianas nº5 de Villa-Lobos- fue como una canción de cuna para ella y allí fue que siempre demostró una gran sensibilidad para el movimiento”.

Día de la madre. La mamá es una destacada artista de Vendimia, y sus hijos han hecho labores artísticas en estas fiestas.
Día de la madre. La mamá es una destacada artista de Vendimia, y sus hijos han hecho labores artísticas en estas fiestas.

En cuanto a su hijo, Vilma habla con el mismo orgullo: “Mariano también tiene una doble vocación, primero la de economista y luego de a poco fue acercándose al arte y profundizando en la producción artística”, cuenta. “Comenzó en la Fiesta Nacional de la vendimia en el año 2010, con la que viajamos a los festejos del Bicentenario de Buenos Aires representando a la provincia de Mendoza, y como productor audiovisual en ‘Historias de Vendimia’, la película del año 2021″, resume.

La productora musical Tuti Petrich, madre de Lucca (Usted Señálemelo) y Bruno Beguerie Petrich siente que sus hijos vinieron al mundo con una condición natural hacia la música. “Creo que nacieron con eso, y nacieron literalmente en nuestra productora-estudio de grabación. Con su papá músico, mi papá también músico, siempre estuvo la música en la familia. Todo fue muy natural”, recuerda y agrega “A los 8 años Lucca ya estaba totalmente definido que quería tocar la batería y Bruno tal vez un poco después”.

Día de la madre. Ella, productora musical y dueña de un estudio de grabación, heredó la pasión a sus hijos, que integran respectivamente Usted Señálemelo y Perras on the Beach.
Día de la madre. Ella, productora musical y dueña de un estudio de grabación, heredó la pasión a sus hijos, que integran respectivamente Usted Señálemelo y Perras on the Beach.

Una de las bailarinas y profesoras de danza de mayor permanencia y vigencia en la provincia es Patricia Motos, cuya hija, Daiana Ruiz, se destaca en los escenarios internacionales como bailarina de ballet. Para adentrarnos en el profundo significado de compartir la pasión por la danza con su hija, Patricia hace una introducción acerca de su propia vida.

“Cuando yo era niña, soñaba con ser bailarina. Obviamente en esa época no teníamos mucho acceso a imágenes de videos, ni ningún contacto con el ballet. En mi caso éramos una familia normal, trabajadora, así que de dónde salió esa inspiración no lo sé, pero era un sueño extremadamente grande”, comienza como adelanto de la historia de maternidad y pasión compartida.

Día de la madre. Ambas son bailarinas.
Día de la madre. Ambas son bailarinas.

“Mi papá tenía una ideología muy cerrada y no me permitió nunca tomar una clase de ballet, ni de ninguna danza. Entonces a los 13 años, cuando mi papá falleció, la economía de casa quedó muy debilitada y mi mamá tuvo que salir a trabajar. Yo iba al colegio a la mañana y a la tarde tenía que cuidar de mi hermano más pequeño”, recuerda. “Por las tardes me empecé a escapar para tomar clases de ballet, iba dos veces a la semana y las cuotas me las pagaba con el dinero de la merienda y del colectivo que me daban para ir al colegio. Cuando se descubrió que yo dejaba a mi hermano solo tuve que dejar el ballet y me mandaron a estudiar corte y confección”.

Luego de terminar sus estudios, Patricia inició nuevamente los estudios de ballet, se casó y quedó embarazada de su primer hijo, lo cual no le impidió continuar con sus estudios, con la ayuda de sus compañeras de clase, pero con cierta resistencia de su esposo.

Al poco tiempo, el maestro Octavio Cintolesi, la convocó para formar parte del Ballet de la Universidad. “Fue el día más feliz de mi vida respecto a mi carrera, entonces empecé a ir a la universidad cuando me entero que estaba embarazada de nuevo”. La noticia generó muchas contradicciones emocionales porque en la futura madre: “Ese bebé estaba interrumpiendo algo que yo había perseguido toda mi carrera. Fue para mí una época muy difícil”. Como consecuencia de la actividad física, el embarazo tuvo algunos problemas y Patricia debió hacer reposo por ocho meses. “Así nació una nena hermosa de piernas y brazos muy largos y muy bella para ser bailarina”.

Entre los talentos heredados es imposible soslayar el de “las Cangemi”, cuya trilogía encabezada por Fenicia y continuada por Verónica y Patricia es el más claro exponente de pasión por el canto y la música traspasado de generación en generación.

Día de la madre. La soprano heredó de su madre Fenicia la pasión por el tango, así como su hermana Patricia. En el resto de la familia también hay nuevos cantantes.
Día de la madre. La soprano heredó de su madre Fenicia la pasión por el tango, así como su hermana Patricia. En el resto de la familia también hay nuevos cantantes.

Fenicia Josefina Malgioglio Cuadros nació en San Juan pero su familia se trasladó para vivir en Mendoza, después del terremoto. Desde muy joven se perfiló como una cantante lírica especializada en el Bel Canto, llegando a ser una excepcional intérprete operística.

Casada con José Cangemi tuvieron a Verónica, convertida en una soprano de fama internacional y Patricia, dueña de una potente voz, que la entronó como figura indiscutida del tango. Fenicia supo crear una sólida escuela de canto en la que hasta sus nietos fueron alumnos.

El vínculo con mi madre siempre fue maravilloso. Luego de mis primeros estudios, empecé a estudiar con ella en la escuela de música y ella fue la que me inscribió en el concurso internacional que gané para irme a estudiar a Londres”, recuerda Verónica en un repaso de su carrera y la importante intervención de Fenicia en la construcción de su camino. “Mi madre me incentivó para ganar experiencia y me abrió las puertas para que yo diera un gran paso”, asegura y agrega “Cuando gané todos los concursos internacionales y llegué a Alemania, ella viajó y la contrataron como profesora en la universidad donde yo estudiaba, así que fue una gran compañía”, y finaliza “Ella me apoyó mucho en mi carrera”.

El camino de los hijos

En cuanto a las carreras profesionales de los hijos, Lila Levinson recalca “yo no colaboré nada, ella (Vivian) logró todo sola, nunca me pidió ayuda. Yo fui jefa de prensa del Hospital Notti y un día me enteré que ella había ido a hablar con el director para darle talleres de pintura a los chicos oncológicos. A mí no me pidió nada realmente”.

En este sentido Lila enfatiza: “Sus obras están en Nueva York, ganó salones importantísimos nacionales, estuvo en el Centro Borges exponiendo, siempre en salas de alto nivel pero también le dio pintura a los chicos ciegos y con eso logró hacer una exposición. Eso no lo hace cualquiera” concluyó orgullosa.

Por otro lado, muchas madres sueñan compartir espacios artísticos con sus hijos y algunas lo logran. “Hemos hecho obras juntas como ‘Carmina Burana’, ‘Madres’ y ‘Aria’ con la Compañía El Árbol Danza Teatro. Ahora en el festival de danza ‘Nuevas Tendencias’, ella es responsable con otros jóvenes de la parte de espacio público, es decir que aparte de bailar tiene mucha capacidad para lograr cosas nuevas”, cuenta Vilma Rúpolo, y agrega “mi hija tiene una doble vocación. Es médica, especialista en osteopatía” mientras que destacó que con su hijo Mariano se ha encontrado en las vendimias “y en un trabajo maravilloso que hicimos de espectáculos antropológicos en Chile, un diplomado en la Universidad de Santiago de Chile y tres espectáculos en la playa Pichilemu y en el valle y en San Fernando en la montaña a fines del año pasado y que nos unieron”, finaliza.

De su hijo Bruno, Tuti Petrich destaca que tiene otras vetas artísticas “como dibujar y narrar”. En este sentido destacó que su dos hijos “fueron tomando cosas de muchísimos músicos mendocinos que pasaron durante estos 24 años, referentes de cada momento y convivieron con todos y con toao esa música de dsitintos géneros”.

Como madre generadora de oportunidades, Tuti reconoce que colaboró en todo para que su hijo Lucca hiciera la carrera musical que lo llevó a tener recitales en Buenos Aires con su banda. “Desde el 2014 hasta 2020 estuve siendo la cabeza productiva y organizadora financiera del proyecto que llevamos juntos adelante, y que es Usted Señalemelo. Me siento involucrada 100% y estuve en ese proyecto desde el principio. Dejé mis otras actividades referidas con la producción, el estudio de grabación, el sonido en vivo y otros aspectos del negocio”, asegura y concluye “es hermoso trabajar con ellos porque no hay nada que disfrute más en la vida”.

El camino de Daiana Ruiz, literalmente fue abierto por su madre, quien se inscribió en Teatro Colón para realizar cursos de perfeccionamiento, pero decidió viajar con su hija de 9 años. Gracias a la insistencia de Patricia, la pequeña pudo entrar a hacer los cursos para nenas de 12 años mientras ella tomaba sus clases. De esta forma. Daiana logró entrar como alumna regular en el seminario. A los 10 años la niña quedó entre los promedios más altos luego de rendir un examen en el Colón, con 11 años y medio, debió partir a Buenos Aires sola… y el resto es historia.

Verónica Cangemi, es una fiel creyente de que “el éxito tiene que ver con la responsabilidad y la disciplina de llevar adelante la carrera” y asegura que está haciendo con sus hijos lo mismo que su madre hizo con ella. “Uno es guitarrista y productor, se fue a estudiar a Londres y estuvo dos años haciendo producción. Con la pandemia tuvo que volver. En Mendoza pasó varios concursos, tocó en la Vendimia, estuvo en Canal 13 y trabajando en Buenos Aires. El otro es cantante de ópera en Italia y acaba de rendir su primer concurso y ya está trabajando como tenor. Estudió en Mendoza primero con mi madre y después conmigo. Entró en la universidad y acaba de rendir su primer examen tanto de guitarra como de canto. Audicionó y ahora está en distintos roles, que es como yo empecé, con un gran director que es nada menos que Riccardo Chailly que es el director de la Scala de Milán”.

Como toda madre, Verónica anhela el momento en que un escenario lírico los encuentre disfrutando juntos de la música “Hicimos un concierto que se llamó Las Cangemi , el primero fue en Godoy Cruz y el segundo en el CCK, donde tuvimos la oportunidad de cantar todos: Los hijos de mi hermana, mis hijos e inclusive mi hermana tiene una nieta, que canta y grabó con Ciro y los Persas” y que estuvo con la gran familia en el escenario. “Compartir con mis hijos es el momento más esperado de mi vida profesional y como mamá”, finalizó.

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