Santiago Ruíz: “Mendoza es ejemplo en el uso de aguas tratadas, tenemos entre ocho y diez mil hectáreas bajo riego”

El investigador está a cargo del Instituto Nacional del Agua en Mendoza y habló sobre el uso de aguas tratadas en la agricultura.

Santiago Ruiz, investigador a cargo del Centro Regional Andino del INA.
Foto : Orlando Pelichotti
Santiago Ruiz, investigador a cargo del Centro Regional Andino del INA. Foto : Orlando Pelichotti

En la provincia de Mendoza, una región caracterizada por su escasez de recursos hídricos, las aguas tratadas han emergido como una valiosa solución para afrontar los desafíos del riego en la agricultura.

Las aguas grises son aquellas que provienen de actividades domésticas como el lavado de platos, duchas y lavadoras, y aunque no son aptas para el consumo humano directo, poseen un gran potencial para ser reutilizadas de manera sostenible.

La reutilización de aguas tratadas para el riego conlleva múltiples beneficios ambientales. Al incorporar nutrientes presentes en las aguas cloacales al suelo, se puede mejorar la calidad del sustrato y la salud de las plantas. Además, al reducir la demanda de agua potable para el riego.

Riego a viñedos, imagen ilustrativa.
Riego a viñedos, imagen ilustrativa.

Desde Los Andes hablamos con Santiago Ruíz, subgerente del Centro Regional Andino del Instituto Nacional del Agua para saber cómo está actualmente el tratamiento de estas aguas para el riego agrícola.

- ¿Cómo se están trabajando las aguas tratadas en Mendoza?

- El Instituto Nacional del Agua, que es un organismo de ciencia y técnica dependiente del estado Nacional pero que no estamos involucrados directamente con la gestión. Lo que hacemos son estudios e investigaciones vinculadas al agua. Tenemos especialistas en economía circular y en el reúso de efluentes cloacales o industriales, las aguas tratadas serían aguas ya utilizadas. Mendoza hace muchos años tiene una normativa específica para la posibilidad de reusar los efluentes cloacales y también los industriales, que se evacúan a través de todo el sistema cloacal que tiene Mendoza, sobre todo el Gran Mendoza, y van a unas plantas de tratamiento.

Las plantas de tratamiento se ubican al norte de Las Heras y la otra del límite de Las Heras y Lavalle. Allí van todas las cloacas del Gran Mendoza y en ese lugar se hace un tratamiento donde se eliminan elementos patógenos o bacteriológicos que pueden ocasionar daños a la salud o que transmiten enfermedades, y otras cuestiones químicas. Después de hacer eso, esas aguas se utilizan en la agricultura.

- ¿Qué condiciones deben tener para usarse para el riego?

- Se usan para riego, pero debe cumplir ciertas normas de la Organización Mundial de la Salud. Deben tener un nivel aceptable de calidad para evitar enfermedades, por eso hay un tratamiento previo. Mendoza lo tiene, no sé si hoy está funcionando correctamente, porque lo que ha pasado es que los efluentes cloacales son cada vez más. Una vez que se tratan, se pueden utilizar en la agricultura, pero no en cualquier agricultura. Se utilizan en una zona restringida que se llama ACRE, que quiere decir Área de Cultivo Restringidos Especiales. Tenemos dos acres grandes, uno en Campo Espejo y otro en Paramillos con miles de hectáreas que se riegan. Solo está permitido regar con eso forestales que pueden ser frutales, la vid, etc. Lo que no se puede regar son hortalizas o verduras de consumo en fresco, digamos zanahoria, lechuga, repollo. Porque, aunque esté tratado, por una cuestión de seguridad, va a estar en contacto con las hojas verdes que nosotros podemos consumir. Mendoza es ejemplo, hoy tenemos entre ocho y diez mil hectáreas bajo riego con estas dos grandes plantas.

También tenemos otro sistema que es el Pescara, el canal es un colector aluvional y de desagües de riego, que durante muchos años en Mendoza desaguaban las industrias del parque industrial a cielo abierto. Hoy hay un colector cerrado y se hace un sistema de dilución, un tratamiento previo en cada industria, esto lo aplica Irrigación, que es la autoridad de aplicación y de control.

- ¿Hay plantas de tratamiento en otros puntos de la provincia?

- Sí, en la ciudad de San Rafael hay una zona que se llama Remonta y Veterinaria que es de la del ejército argentino donde se riegan pasturas con estas aguas y se hace algo parecido en Tunuyán donde hay otra planta de tratamiento. Esos son vertidos industriales o vertidos cloacales. Las llamamos aguas grises a toda aquella que se consume en una casa, menos la del inodoro. Es decir, el agua que utilizas en la cocina, en el lavarropa, para bañarte, esos desagües son las llamadas aguas grises.

- ¿Las aguas grises y las cloacales están separadas?

- En general en Mendoza están conectados al sistema cloacal, es decir, se confunden con las aguas negras o la materia fecal. Las aguas grises hoy están tomando relevancia, de hecho, se están construyendo, por ejemplo, barrios privados donde tienen una pequeña planta de tratamiento de estas aguas grises, que se recolectan en las casas independientemente de la del inodoro y se utilizan para el riego de jardín, de espacios comunes, lavado de autos, etc., que no sea uso personal. Esto se puede hacer en un barrio o casas que se estén construyendo. Es muy común en otros países como Chile, esto tiene que ver con el nuevo diseño arquitectónico sostenible en general.

- Con respecto a las aguas que se vuelven a reutilizar, ¿por cuántos procesos pasa?

- Pasa por un proceso, un tratamiento, donde se eliminan sustancias químicas que pueden ser nocivas para la salud y bacterias. Se eliminan determinados patógenos a través de un sistema de lagunas que pueden ser de poca profundidad o de mucha profundidad. A veces por la profundidad, la oscuridad y la falta de oxígeno, vos matas una serie de bacterias. Y al revés, podes tener que en las mismas lagunas el agua va pasando de una laguna a otra y va teniendo distintos tratamientos. Hay otras, por ejemplo, que son muy superficiales y ahí se les ponen como si fueran unos ventiladores para oxigenar el agua. Esa oxigenación del agua elimina otros patógenos, otras bacterias. Es un sistema bastante complejo, pero a la vez sencillo, porque simplemente necesita un espacio grande para establecer estas lagunas y va pasando el agua de una laguna a otra teniendo una cantidad de días de estacionamiento en cada laguna. Mientras tanto se va midiendo o haciendo análisis para ver la calidad. No sé si está funcionando bien porque como te digo, las plantas de estas lagunas han quedado muy chicas frente a la cantidad de metros cúbicos de caudales que ingresan.

- ¿Y eso se debe a un consumo poco responsable o a mayor cantidad de población?

- Las dos cosas, primero hay un aumento demográfico, o sea que estos líquidos en general aumentan. Pero somos muy ineficientes en el uso de estas aguas en nuestras casas. Si nosotros aumentáramos la eficiencia deberíamos producir menos de estos efluentes.

A su vez, todo el sistema cloacal de Gran Mendoza está colapsado por la falta de dimensiones de las mismas cañerías, hay infiltraciones en esas cañerías cloacales de agua de freática subterránea, que aumentan un poco el volumen. De todas maneras, sí es importante ser más eficientes en el uso, antes y después de estar tratadas. Es bastante importante el número de hectáreas agrícolas que usan esta agua, porque es un agua con muchos nutrientes, muy disputada por los agricultores.

- ¿Cómo llevan el agua ya tratada a los campos o fincas?

- Llega por canales, van por cañería hasta las plantas de tratamiento que son las lagunas que mencionaba. Después de esas plantas de tratamiento hay todo un sistema de canales donde el agua se distribuye entre los usuarios que tienen permiso para regar estas aguas. Esto lo organiza un inspector de cauce, es decir, hay un responsable de la distribución, que va dando turnos para los líquidos conforme los agricultores que estén empadronados para poder usar esa agua.

Perfil

Santiago Ruíz es el actual subgerente del Centro Regional Andino del Instituto Nacional del Agua. Su título profesional es abogado y fue investigador en la institución durante años.

Dentro de su currículum cuenta con experiencia como profesor universitario y ha ocupado varios puestos en organismos que tiene el agua como concepto de estudio y uso. Ruíz fue asesor del Departamento General de Irrigación y presidente del comité directivo, Foro Argentino del Agua, Global Water.

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