Se esperan heladas esta semana, ¿cómo combatirlas?

El pronóstico de la Dirección de Contingencias Climáticas de la provincia anticipa la probabilidad de ocurrencia de temperaturas bajo cero en un momento del ciclo en que las plantas están muy vulnerables.

Foto: Claudio Gutiérrez / Los Andes
Foto: Claudio Gutiérrez / Los Andes

Para este martes, el pronóstico extendido de la Dirección de Contingencias Climáticas de la provincia anticipa la probabilidad de heladas parciales. Así que es un buen momento para recordar qué acciones se pueden implementar para evitar que las bajas temperaturas provoquen daños en los cultivos, en un momento en el que la mayoría se encuentra en estado de vulnerabilidad.

Las heladas primaverales, también llamadas tardías, afectan de modo particular a los cultivos, porque los brotes y frutos recién cuajados tienen un alto contenido de agua y, cuando las temperaturas caen por debajo de cero, ese líquido puede congelarse y dañar la estructura. En ciertos casos se puede reducir la cantidad de fruta y, en otros, dar lugar a productos de menor tamaño.

Los métodos de control de heladas se agrupan en dos tipos principales: los pasivos y los activos. Los primeros son prácticas que se realizan en las fincas y que tienden a aprovechar al máximo la energía que aporta el sol durante el día, para evitar un descenso brusco de la temperatura durante la noche. Es que, en la provincia, predominan las heladas por irradiación, es decir, debidas a la pérdida nocturna de calor acumulado en el suelo durante las horas de asoleamiento.

Si bien lo ideal es planificar antes de plantar el cultivo, lo que permite elegir la especie y la variedad más adecuada para la zona e, incluso, en qué áreas de la finca es conveniente implantarla, también se pueden tomar determinadas acciones después. Una de ellas es colocar cortinas forestales de coníferas, casuarinas o algarrobos, para que funcionen a modo de barrera del aire frío y lo conduzcan a los callejones.

Y cuando se están esperando heladas, se debe evitar el labrado del suelo, ya que el sustrato compacto almacena mejor el calor. Y, si hay vegetación, porque se utiliza una cobertura vegetal o verdeo en invierno, o porque tienen maleza, es conveniente cortarla a baja altura -no retirarla con rastra porque se hará un labrado-, para facilitar la llegada de los rayos solares. También se recomienda regar los días previos, ya que el agua oscurece el suelo y los cuerpos oscuros absorben mejor el calor, que luego liberarán por la noche.

En cuanto a los métodos activos de control, uno de ellos es la quema de combustibles fósiles, pero la mayoría coincide en que uno de los más efectivos es la aspersión de agua, que, además, no tiene un impacto negativo en el medio ambiente. Se puede utilizar el riego subarbóreo (por debajo de la planta, por goteo) o suprarbóreo (en la parte de arriba del vegetal, con aspersores). En el primer caso, se apunta a utilizar el calor que se libera cuando el agua pasa del estado líquido al sólido. Por eso, se necesita un riego permanente hasta después de la salida del sol, ya que cuando el hielo se derrite, se produce el efecto contrario. En tanto, en el segundo, se busca mantener las yemas a cero grados, ya que el daño se produce con las temperaturas negativas.

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