Se redujo la superficie con papa y anticipan que habrá menos aún en la próxima siembra

Los bajos precios, altos costos, la escasez de agua y las heladas tempranas de febrero confluyeron para complicar una producción que necesita muchos insumos para alcanzar buenos rindes.

Por diversos factores, los rindes de la temporada pasada fueron más bajos y, por el aumento de los costos, varios productores reducirán la superficie sembrada con papa
Por diversos factores, los rindes de la temporada pasada fueron más bajos y, por el aumento de los costos, varios productores reducirán la superficie sembrada con papa

La temporada pasada, la producción de papa en la provincia cayó un 36%, al pasar de las 4.982 hectáreas que se habían alcanzado en 2021/2022 a apenas 3.171 en la 2022/23, según los datos la estimación de superficie cultivada con hortalizas de verano, que realiza el IDR (Instituto de Desarrollo Rural). Además, las heladas y la escasez hídrica provocaron que hubiera pérdidas productivas. De hecho, estiman que en la próxima siembra podría sostenerse la merma del cultivo.

Un informe específico que el IDR realizó en 2020, plantea que, en Mendoza, el cultivo se concentra en el Valle de Uco -específicamente en Tupungato y San Carlos-, que es la zona donde se encuentra más del 65% de la superficie de papa consumo y papa industria. También hay un 21% más de superficie en el sur, en promedio, en el departamento de Malargüe, por su aptitud para la producción de semillas.

La papa es el segundo cultivo hortícola que ocupa la mayor superficie, después del ajo. Y es la principal hortaliza de verano, con una oscilación en la superficie cultivada, en los últimos 20 años, entre las 4.000 y 8.000 hectáreas, y una extensión total promedio de 5.700. Representa alrededor del 30% de la superficie de hortalizas de verano y el 18% de la anual (estival e invernal).

Precios bajos

Rolando Tumbarello, quien es productor de papas para consumo y semilla, y asesora a una empresa que produce para San Fili (Simplot), consideró que es probable que esa reducción en la superficie responda a que, por los bajos precios, los productores del norte de la provincia se vieron obligados a vender papas baratas. Pero después, agregó, subieron los precios de las semillas y no pudieron volver a plantar la misma superficie.

De hecho, comentó que los pequeños horticultores han ido desapareciendo. No sólo lo de papa, sino también los que se dedicaban al ajo. Sumó que, por los valores que tuvo esta última hortaliza la temporada pasada, se les complicó a los productores desocupar la tierra para poder plantar papa.

Cultivo de papa en Tupungato. Foto: Gentileza
Cultivo de papa en Tupungato. Foto: Gentileza

Recientemente, desde Asociación de Productores, Empacadores y Exportadores de Ajos, Cebollas y Afines de Mendoza (Asocamen) comentaron que quedó mucho ajo sin vender en el campo y ya anticipaban que habría una reducción en la superficie cultivada, de alrededor del 25%.

Tumbarello contó que está por cumplir los 30 años dedicado al cultivo de papas para consumo y para multiplicación de semillas, y adelantó que planea reducir un poco la siembra este año. Consultado sobre si, durante estas tres décadas, se vio obligado a hacerlo en otras oportunidades, respondió que en más de una. Sólo para poner un ejemplo, recordó que, durante el gobierno de Néstor Kirchner, se cerró la exportación ya que no había suficiente papa en la Argentina. Pero él se había dedicado a cultivar una variedad que vendía a Chile y no se consume en el país, por lo que se quedó con toda la producción, que no pudo vender.

Juan Martínez, productor e integrante de la Unión Frutihortícola Argentina, comentó que la papa es un cultivo muy demandante de abono, insecticidas y fungicidas, si se quiere alcanzar buenos rindes, por lo que los costos de producción son altos. Esto hizo que muchos productores optaran por hacer menos hectáreas el año pasado y sumó que este, los que conoce tienen planeado restringir la superficie de siembra.

Él mismo se incluyó en ese grupo y acotó que la semilla, si bien no está a un valor “exorbitante”, se aleja de las posibilidades de los productores, por la inflación. Martínez tiene cultivos en El Borbollón (Las Heras) y en San Carlos y Tupungato, lo que le permite diversificar las épocas de cosecha y abastecer el mercado -se dedica a papa para consumo- durante más meses al año.

Poca agua y heladas

Además de las dificultades en los costos, Martínez planteó que la escasa disponibilidad de agua de riego, sumado que no hubo lluvias, hicieron que el cultivo no tuviera buenos rendimientos. Y al panorama se sumó la helada temprana del 18 de febrero, que afectó a varias localidades de la provincia. En su caso particular, estima que la merma osciló entre el 35% y el 40%.

Mario Leiva, presidente de la Sociedad Rural Valle de Uco, consideró que el gran problema fue esta helada temprana, que llevó las temperaturas a -3 y -4°, en un momento del año en el que hacía 45 años que no ocurría. Y, como los registros fueron tan bajos, no se pudo hacer nada para combatirla. En ese momento, resaltó, le faltaban 15 a 20 días al cultivo para que alcanzara el momento óptimo para la cosecha en San Carlos.

“Fue de terror. Había una papa hermosa. Pero no quedó nada”, se lamentó. Leiva explicó que, como se quemaron las hojas, la papa no pudo crecer más y, al quedar chica, en ciertos casos no convenía siquiera regarla y, más bien, enfocarse en la próxima temporada.

Tumbarello también se refirió a la baja muy importante de los rendimientos, producto de la helada, y que eso llevó a un incremento de los precios este año, pero que, con la suba de los costos no alcanza a compensar. Detalló que, para producir una hectárea de papa, se necesitan unos US$ 3 mil. Y aclara que son de la cotización blue, para de inmediato reconocer que es la única que se maneja en insumos. Así, indicó que es probable que los horticultores que tienen pocas hectáreas se pregunten si realmente les conviene apostar a una siembra o dejar el dinero en plazo fijo. “Esta inflación le hace un daño muy grande al productor chico”, lanzó.

Mientras que la empresa a la que asesora, pese a que cuentan con pivot, tuvo un rendimiento mucho más bajo que el año pasado, porque se necesita el aporte de las lluvias, que casi no hubo y, en cambio, sí se registraron temperaturas muy altas durante el verano, que aceleraron el envejecimiento de la papa. Detalló que la firma es norteamericana y desembarcó en Tupungato hace tres años, ya que son grandes productores en Estados Unidos, que abastecen a Simplot y optaron por hacer lo mismo en Argentina.

También mencionó la crisis hídrica como otro factor que incidió en los rindes. En la zona de precordillera, señaló, hubo un faltante de agua importante y la situación recién comenzó a mejorar en diciembre, cuando se notó el efecto de los deshielos, por lo que quienes sembraron en octubre o noviembre tuvieron plantas con un estrés hídrico importante, que hizo que las papas quedaran más chicas y fueran más susceptibles al ataque de insectos y gusanos que buscaban humedad.

Impulso de la industria

Aunque, históricamente, alrededor del 65% de la papa que se cultivaba era para consumo, 20% para semilla y otro 20% para industria, este último uso se vinculaba, en particular, con el secado, para la elaboración de sopas o puré en escamas. Sin embargo, la llegada de San Fili SA, asociada con Simplot, proveedor mundial de papas prefritas para la gastronomía y del retail, vino a modificar ese panorama.

A mediados de 2019, inauguraron una planta de procesamiento en Cacheuta (Luján) e iniciaron cultivos propios en San Carlos para abastecerse de materia prima. Sin embargo, la dificultad para acceder al agua necesaria para ampliar la superficie cultivada -pese a que la empresa riega por pivot- ha favorecido que busque asociarse con productores locales.

Cultivo de papa en Tupungato. Foto: Gentileza
Cultivo de papa en Tupungato. Foto: Gentileza

El titular de la Sociedad Rural Valle de Uco resaltó que la producción viene creciendo en esa zona y cada vez con mayor calidad. En cuanto al por qué de esa mejora en el cultivo, explicó que se ha ido produciendo por la elección de mejores semillas, el uso de maquinaria para las labores y la implementación de sistemas de riego por goteo o pivot (según la propiedad).

Y que, como no se están otorgando permisos para nuevas perforaciones de agua, la industria recurre a productores grandes, que pueden alcanzar los estándares de calidad necesarios, para que los provean del producto. Por eso, sumó, los cultivos de papa han ido creciendo hacia el sur de San Carlos, donde hay agua, pero no electricidad, por lo que los horticultores han invertido en paneles solares para hacer uso de las energías alternativas. Como, en este caso, el producto sí tiene buen valor, han decidido invertir, destacó.

A fines del año pasado, directivos de la empresa Simplot le presentaron al gobernador Rodolfo Suárez y los ministros de Economía, Enrique Vaquié, y de Hacienda, Víctor Fayad, un proyecto de ampliación de la producción primaria de papa en la provincia. Además de plantear la necesidad de infraestructura energética, comentaron que iban a en la localidad de Pareditas, San Carlos, 1.800 hectáreas de esta hortaliza con productores tercerizados, mejorando las técnicas de cultivo y la eficiencia en el uso del agua.

Leiva resaltó que la papa de exportación del Valle de Uco representa la quinta entrada de divisas de la provincia. Pero agregó que también hay un mercado interno interesante, que es atendido por el mediano productor, más allá de que en los dos últimos años no haya remontado el precio. De todos modos, indicó que algo similar sucede con el orégano, que, si bien tiene buenos valores, cuando termina la venta y llega el momento de comprar insumos, el dinero no alcanza.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA