José Casas, el mendocino que cruzó la cordillera de Los Andes en tiempo récord

El ultramaratonista sancarlino realizó el cruce desde el Manzano Histórico hasta el Paso del Maipo, Chile. En primera persona, un relato de una travesía inolvidable.

José Casas en el punto más alto de la travesía, el hito Internacional Piuquenes a 4380 metros sobre el nivel del mar. El sancarlino unió el Manzano Histórico y el Cajón del Maipo de Chile al trote en tiempo récord.
José Casas en el punto más alto de la travesía, el hito Internacional Piuquenes a 4380 metros sobre el nivel del mar. El sancarlino unió el Manzano Histórico y el Cajón del Maipo de Chile al trote en tiempo récord.

Correr largas distancias siempre ha sido, además de una pasión, un desafío personal y que se torna mucho más apasionante en la medida que las carreras comienzan a ser más exigentes, pero cuando se produce el salto a las grandes distancias, esas llamadas “ultra”, ese reto se traduce en aventura.

Compromiso y dedicación

Mucho más aún si esa travesía se lleva a cabo a más de 2 mil metros sobre el nivel del mar, en solitario y con un objetivo de romper tiempos propios, que es lo que logró el ultramaratonista sancarlino, José Casas.

José estuvo acompañado en distintos trayectos, por amigos y arrieros, que lo ayudaron a cruzar ríos y atravesar los momentos más críticos.
José estuvo acompañado en distintos trayectos, por amigos y arrieros, que lo ayudaron a cruzar ríos y atravesar los momentos más críticos.

José Casas es un albañil-constructor de 49 años, oriundo del departamento de San Carlos y, como buen atleta, divide muy bien sus tiempos entre su trabajo y la pasión de mantenerse en forma siempre, pese a las 9 horas que trabaja a diario en la construcción.

Hace algunos días, este deportista unió el departamento de Tunuyán, con largada en el Manzano Histórico, y el pueblo de Maipo, del lado chileno, al trote, atravesando la Cordillera de Los Andes por el paso de Piuquenes, en un tiempo récord de 14 horas 16 minutos. Esta fue la segunda vez que José hizo la travesía en solitario, donde tuvo que luchar contra la altura y algunas inclemencias del tiempo, además de las limitaciones que le fue poniendo su cuerpo.

José vivió junto a su familia unos años en España, donde descubrió este tipo de competencias: “Siempre hice actividad física. El trote siempre lo hice, pero en tiradas cortas. Cuando fui a España descubrí el utramaratón; hice 201K y una de 160K. Cuando volví a la Argentina, lo primero que se me pasó por la cabeza fue hacer cosas que parecían imposibles en ese momento. Pero con dedicación, trabajo, disciplina y organización, que tiene que ver mucho con la logística en estas actividades, porque no es lo mismo que una competencia”, contó José a Los Andes.

En solitario. José Casas se preparó durante un año y medio para esta travesía de 80 kilómetros para la que empleó 14horas y 16 minutos.
En solitario. José Casas se preparó durante un año y medio para esta travesía de 80 kilómetros para la que empleó 14horas y 16 minutos.

Casas desde hace tiempo que realiza este tipo de travesías. Y en sus múltiples experiencias, repasa su llegada a trote hasta la maravillosa Laguna del Diamante, saliendo desde la plaza de San Carlos. Incluso, desde la Laguna del Diamante cruzó a Chile, recorriendo más de 100K.

La última travesía no fue un capricho de José. Ya la había realizado anteriormente en dos ocasiones. En la ocasión, el desafío presentó tramos donde alcanzó los 4.500 metros sobre el nivel del mar, con la exigencia que eso conlleva. El recorrido suele realizarse, a caballo, en unos seis días, aproximadamente.

“Además de este desafío, uno muy importante para mí fue el que realicé desde la plaza de San Carlos hasta la Laguna del Diamante. No hay registro de que alguien lo haya hecho. Y yo lo realicé en dos ocasiones. Además, recorrí desde la Laguna del Diamante hasta el Cajón del Maipú, que son 100K. Esa travesía fue en 2016. En 2017 cruce Los Andes desde el Manzano Histórico hasta Chile por primera vez, con un tiempo de 17 horas y 30 minutos. Para mí era récord, porque hasta donde sabía, nadie lo había hecho”, relató José, quien confesó que un año antes lo había intentado. “Pero me agarró un temporal y tuve que volverme. Tuve que trabajar y mejorar algunas cosas”, amplió.

La familia de José está compuesta de sus dos hijos, Brisa y Josué y su señora Roxana, son el gran respaldo en esta gran aventura llamada ultramaratón. “En todos los desafíos siempre tuve una gran organización con mi familia, mi esposa y mis hijos, también, con la gente de turismo de la Municipalidad de San Carlos. Sin embargo, estos dos últimos cruces por paso Piuquenes los organicé yo. Todo eso tiene un valor económico, sentimental, además de mucha dedicación”, contó por teléfono José.

Ser atleta. “Todo surge porque siento que la vida pasa muy ligero y uno tiene que aprovechar el tiempo que se puede de la mejor manera. Dios nos da la posibilidad de hacer lo que nos gusta, por lo que lucho y le dedico tiempo para poder lograrlo”.

Sus sueños. “Tengo más objetivos a largo plazo, pero en lo inmediato voy a competir en Villa General Belgrano, Córdoba, donde voy a buscar puntos para poder ir a la UTMB de la triple frontera, recorriendo Francia, Suiza e Italia: el Ultra trial del Mont Blanc. Ese es el sueño más grande de mi vida”, confesó.

José, además de un gran apoyo familiar contó con el respaldo incondicional de sus amigos, hasta llegar a las Termas del Plomo en Chile.
José, además de un gran apoyo familiar contó con el respaldo incondicional de sus amigos, hasta llegar a las Termas del Plomo en Chile.

El recorrido en primera persona

Crucé la cordillera corriendo desde el Manzano Histórico, a 1600 metros sobre el nivel del mar. Empecé a la una de la madrugada. Una camioneta de Montaña del Batallón N° 8 de Campo Los Andes me alumbró toda la noche. Me acompañó un amigo, el “Peluchín” Núñez. Gendarmería nos abrió la tranquera y migraciones me atendió a las 2.45 de la madrugada y continué el viaje toda la noche hasta llegar al Portillo Argentino, hasta donde me acompañó la camioneta y, es donde yo llego a la parte más alta del trayecto: 4.368 metros sobre el nivel del mar y que es el kilómetro 45 de la travesía. Empiezo el descenso amaneciendo”.

“Luego, a los 14 kilómetros del Portillo, me esperaban unos arrieros, con los cuales crucé La Olla, y los ríos Tunuyán, San Jorge y Paso Hondo, para comenzar a subir nuevamente hacia el hito internacional Paso de Piuquenes. Una vez llegando a ese lugar, se complicó el tema por la distancia, por el desnivel y el viento imponente que complicaba las cosas”, agregó.

“Finalmente, pude llegar al hito, que es la parte más difícil de todo el trayecto. En esa parte volvieron los arrieros y comencé el descenso sobre el otro lado de la cordillera, rumbo a Chile, para recorrer 15K en bajada, hacia el río El Plomo. Luego de cruzarlo, a 50 metros están las Termas del Plomo, en el Cajón del Maipo, Chile, donde finalicé el recorrido de 80 kilómetros y en un tiempo récord de 14 horas y 16 minutos. Hace cinco años lo hice por primera vez y ya en aquel tiempo no había antecedentes de que alguien lo hubiera hecho. Lo hice en 17 horas y 30 minutos. Ahora pude superar mi anterior travesía, bajando los tiempos considerablemente. Me esperó la gente de la Municipalidad de San José del Maipo, de Chile, y mis amigos Emi, Rubén y Rafa, con los cuales regresé por la Ruta 7″, relató.

Un año y medio de preparación

“He tenido muchas horas entrenando la montaña, por encima de los 3500 metros. Inclusive la última semana estuve en esa altura y no bajé; entrené en los 4000, 4500, 4700 sobre el nivel del mar”, aseguró.

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