Código QR: beneficios y riesgos de un sistema que invadió nuestra vida

Existe desde hace años pero la pandemia lo popularizó. Es muy fácil de usar y se puede crear uno propio. Sin embargo, esconde algunos peligros. Consejos de los expertos para utilizarlo de forma segura.

El uso de códigos QR creció desde el inicio de la pandemia y domina las compras en compras en comercios.
El uso de códigos QR creció desde el inicio de la pandemia y domina las compras en compras en comercios.

Nadie apostó a que un pequeño cuadrado en blanco y negro que parece muy pixelado sería la puerta de entrada a diferentes mundos. Sin embargo, la pandemia lo hizo posible y el código QR se volvió más popular que nunca.

Ahora lo vemos en comercios, restaurantes, páginas web y hasta en pantallas de TV. Hubo una invasión de códigos QR para poder pagar de forma digital pero también para obtener información, descargar apps o abrir sitios web.

De a poco invadieron nuestra vida con su sencillez para leerlos con la cámara del celular y sin necesidad de instalar nada extra. Pero no todo lo que brilla es oro, y esconden algunos peligros que es necesario conocer y evitar, y para eso los expertos dan algunos consejos a tener en cuenta.

El uso de códigos QR creció desde el inicio de la pandemia y domina las compras en compras en comercios.
El uso de códigos QR creció desde el inicio de la pandemia y domina las compras en compras en comercios.

QR para todes

El código QR es una versión mejorada del tradicional código de barras. Es un pequeño cuadrado en blanco y negro bidimensional que puede almacenar 7.089 datos numéricos, 4.296 alfanuméricos o 2.953 binarios.

Se puede “leer” con un escáner que desde hace unos años está integrado en la cámara de fotos de los teléfonos y que puede descifrar los datos que almacena un código. La mayoría contiene un enlace que lleva a un sitio web o a la billetera electrónica de un comercio.

La metodología venía creciendo sin prisa pero sin pausa hasta que llegó la pandemia y el fenómeno explotó. El desconocimiento inicial sobre el Covid-19 nos forzó a evitar contacto y eso impulsó que todo se informara a través del QR. Hoy sabemos que no hay contagio a través del tacto -no más que el habitual, claro- pero el sistema persiste, especialmente en los restaurantes que ya suplantaron las cartas de forma definitiva por un código QR pegado en la mesa o en los individuales. Esta costumbre además se combinó con la inestable situación económica argentina y facilita a los comerciantes cambiar precios de forma digital sin tener que estar poniendo pegatinas o reescribiendo números sobre las cartas impresas.

Más allá de eso, además de ser parte de las empresas privadas también lo son del Estado. El carnet de vacunación contra el Covid, por ejemplo, en su formato digital cuenta con un QR para ser leído cuando fuera necesario. Lo mismo sucede con los datos fiscales de un comercio, que están disponibles en un sticker de AFIP con un código QR.

Beneficios de respuesta rápida

El QR tiene muchas ventajas y la principal es realizar acciones sin contacto. El sistema facilita que paguemos sin tener que pasar una tarjeta o que obtengamos información sin tener que estar escribiendo una URL, un número de teléfono o un correo electrónico.

Aunque existen QR estáticos -que llevan siempre a un mismo lugar - también los hay dinámicos que permiten cambiar su contenido para estar siempre activos.

Son versátiles y pueden imprimirse en formato físico - como en stickers, libros o volantes- pero también pueden usarse en formatos digitales, como los que aparecen en programas de TV, videos de Youtube o en pantallas de pago digital.

Otra ventaja es que no requiere instalación extra de ninguna app ni tampoco ningún desarrollo especial. Solo se requiere un teléfono con sistema operativo actualizado y conexión a internet. También su uso es mesurable gracias a herramientas de analítica que permiten conocer datos estadísticos de uso y alcance de un código.

Peligros a tener en cuenta

A pesar de su versatilidad, los códigos QR representan algún riesgo también. Un ejemplo ilustrativo ocurrió en nuestro país hace unos meses. En La Plata, una cajera de 25 años de un mercadito barrial reemplazó el QR de pago del negocio por uno propio. Así, cada compra que un cliente pagaba iba a su cuenta personal de Mercado Pago y no a la del local. La Policía fue advertida luego de que varios clientes descubrieran que habían realizado pagos que desconocían ya que el receptor no era el del almacén.

En este caso, la estafadora no era una profesional y fue fácil dar con ella, pero hay varios casos en los que ciberdelincuentes son más sofisticados. Hay ocasiones en las que suplantan el código de un comercio y redireccionan el dinero a un sitio que luce exactamente igual al original.

El uso de códigos QR creció desde el inicio de la pandemia y domina las compras en compras en comercios.
El uso de códigos QR creció desde el inicio de la pandemia y domina las compras en compras en comercios.

Muchas de estas prácticas crecieron a la par del uso del QR como forma de pago online. El principal inconveniente de estas estafas, además del engaño, es que una vez que ese dinero fue enviado a una cuenta es casi imposible recuperarlo.

“Por lo general, la gente asume que los letreros o carteles con códigos QR en las tiendas y los espacios públicos son seguros, y por lo tanto podrían no ser conscientes de que los actores maliciosos podrían sustituir los códigos QR legítimos por otros falsos como parte de sus esquemas fraudulentos”, explicó José de la Cruz, director técnico de Trend Micro Iberia, a EuropaPress.

Así como sucedió en Argentina, pasa lo mismo en varios países. En China, por ejemplo, hubo una estafa masiva con los QR para alquilar bicicletas en un espacio público, en donde tras escanear el código y pagar se liberaba un rodado. Sin embargo, los delincuentes cambiaron los códigos y cuando alguien pagaba descubría que ninguna bici estaba disponible. Varias denuncias alertaron a las autoridades pero la estafa ya estaba hecha y el dinero robado fue imposible de rastrear. En Estados Unidos pasó algo similar pero con parquímetros que tenían QR apócrifos.

Este tipo de estafas con QR se llama ‘quishing’ y es similar al ‘phishing’ del que tanto nos alertan, especialmente los bancos, para estar atentos a robos virtuales en sitios que se “disfrazan” de otros. Varias herramientas de seguridad son capaces de detectar los sitios web peligrosos que llegan a través del correo electrónico y alertan a los usuarios, pero ahora eso es más difícil cuando el enlace que llega al mail se esconde en un QR.

Cómo protegerse

Revisar bien el enlace al que se hará un pago es el primer consejo que dan los expertos en seguridad. “Piénsalo dos veces antes de escanear un código QR que se encuentre en los correos electrónicos que te envíen, aunque parezcan proceder de organizaciones o personas que conozcas. Activa la autenticación multifactor con tus cuentas bancarias, empresariales y de otro tipo para evitar el robo de credenciales de acceso”, señalaron desde Trend Micro a EuropaPress.

Otro consejo es usar la cámara del teléfono y desconfiar de los sitios que recomienden descargar una app especial que no sea conocida para pagos.

Otro consejo es mirar que el código QR del local no esté pegado encima de otros, consultar si los datos son correctos y, especialmente, comprar en sitios de confianza. “Lo ideal es pagar solo cuando se realicen transacciones directas con comercios de confianza, proveedores de servicios o personas conocidas”.

Cómo crear un QR propio

Hay varios sitios gratuitos que permiten crear un código QR que redireccione a cualquier sitio que queramos, ya sea nuestro perfil de redes sociales, nuestra música en Spotify, nuestra clave WiFI para pasar a los amigos que vienen a nuestra o nuestro emprendimiento personal. La mayoría de los sitios son fáciles de explorar y solo hay que colocar los datos básicos para el código que necesitamos y se crean de forma automática.

Crear códigos QR propios es sencillos y gratis y varios sitios permiten crearlos.
Crear códigos QR propios es sencillos y gratis y varios sitios permiten crearlos.

Incluso para los profesionales, hay opciones para colocar el logo de la empresa y obtener un código más personalizado. Uno de los sitios más populares QR Code Generator y permite crear un código para una gran variedad de opciones que incluyen vcard -que es una tarjeta de presentación digital con nuestros datos de contacto- hasta un enlace para recibir criptomonedas.

Un respuesta rápida

Los códigos QR están cerca de cumplir 30 años y su nombre es, en realidad, una sigla que significa Quick Response, que en castellano se puede traducir como Respuesta Rápida.

En 1994 una empresa japonesa - Denso Wave, una subsidiaria del Grupo Toyota- los creó como una forma de lectura rápida de información sin tener que recurrir a los famosos y limitados códigos de barra.

Los QR pueden almacenar números y letras y hasta códigos binarios y allí radica su versatilidad.

En casi tres décadas han evolucionado muchísimo. A pesar de que el estándar internacional sigue siendo el mismo - ISO/IEC 18004 de forma cuadrada y bidimensional compuesto por una matriz de píxeles - su almacenamiento de información es muy superior a los originales.

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