La sonrisa

No es fácil; hay que poner en movimientos varios músculos faciales para lograrla y esto implica todo un esfuerzo.

La sonrisa es la forma más afable de nuestra cara y por ella uno destila sensaciones que le vienen del interior y necesitan mostrarse. / Gentileza
La sonrisa es la forma más afable de nuestra cara y por ella uno destila sensaciones que le vienen del interior y necesitan mostrarse. / Gentileza

Deberíamos detenernos en todo el valor que implica una sonrisa. Es la forma más afable de nuestra cara y por ella uno destila sensaciones que le vienen del interior y necesitan mostrarse.

No es fácil; hay que poner en movimientos varios músculos faciales para lograrla y esto implica todo un esfuerzo.

Si la parquedad cierra todas las puertas, la sonrisa abre todas las ventanas.

No es lo mismo pedir algo, solicitar algo, con el rostro adusto que con una sonrisa. No es lo mismo recibir a quien llega con la cara ajustada por la seriedad que recibirlo con una sonrisa, porque está diciendo mucho; está diciendo: “Iniciemos bien nuestro contacto, yo te recibo con placidez”, con paz si ustedes lo quieren.

La sonrisa es un regalo que alguien le hace a otro, una forma de decir “me siento a gusto en este momento, vamos a pasarla bien”.

Buenos son aquellos que despiertan nuestra sonrisa con un chiste, un chascarrillo, una salida jocosa, porque nos cambian el estado de ánimo. Nadie se le resiste a una sonrisa bien aplicada.

Además es lindo ver a la gente sonreír por la sonrisa de otro. Porque contagian las guachitas y apenas aparece una de ella la del otro se siente contagiada y también se expresa. Tiene que ver con la amabilidad. Aunque sea una cuestión de labios, es como extender la buena onda con los brazos abiertos, es decir: “Me siento a gusto con vos, sigamos sintiéndonos a gusto”.

Quiero seguir convenciéndote para que no pierdas la sonrisa, así que te contaré que cuando activas los músculos faciales encargados de la risa tu cerebro libera inmediatamente dopamina y endorfinas, aunque la sonrisa no sea espontánea. Este último matiz es importante, ya que implica que cambiando nuestra gestuación de manera consciente, podemos también cambiar nuestro estado de ánimo.

Le hace bien a aquel que la realiza y a aquel que la recibe. Anda repartiendo buenas sensaciones por todos lados. Qué bueno sería tener un mundo sonriente, confiado de la vida, lleno de esperanza porque, en definitiva, una sonrisa es una bandera de esperanza que todo el mundo puede enarbolar.

Sólo nos hace falta ponerla en práctica y veremos que los resultados son los mejores que podemos obtener. Una sola sonrisa puede detener un acto violento, como una guerra, por ejemplo.

Hagamos la prueba, practiquémosla frente al espejo. ¿Vio cómo se cambia la cara y donde aparecía un gesto adusto aparece uno amable? Hagamos la prueba, aprendamos a sonreír aunque estemos solos que eso le hace bien a nuestro ánimo y desparrama buenos ánimos por todos lados.

Hoy es una buena posibilidad. Salgamos a la calle a sonrisa batiente; ya verá usted cómo los problemas son menos problemas y aquello que parecía inalcanzable queda a unos centímetros de nuestras manos. Con una sonrisa cualquier aspiración es lograble. Con una sola sonrisa el aire se puebla de mariposas, es la primavera de la alegría aunque estemos en pleno julio.

Vivamos con ella, que no nos derroten las malas ondas, que en la sonrisa está depositada gran parte de nuestra razón de vivir.

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