Gatillo fácil: policía a juicio por un crimen en Ciudad y con riesgo de perpetua 

El auxiliar Alexis Méndez será juzgado por matar a Ricardo Bazán en La Favorita hace un año. Será el primer uniformado que se sentará frente a un jurado popular.

El acusado. Alexis José Méndez durante un procedimiento.
El acusado. Alexis José Méndez durante un procedimiento.

Todo indica que en los próximos meses o posiblemente el año que viene, Mendoza tenga el primer juicio por jurados donde el acusado sea un policía. Es que de no mediar modificaciones, Alexis José Méndez (28) se sentará en el banquillo con riesgos de recibir prisión perpetua.

La víctima de este efectivo fue Ricardo Bazán (29), baleado el 1 de mayo del año pasado en La Favorita, zona ubicada en Ciudad. Tres fiscales pasaron por la causa y todos mantuvieron la hipótesis inicial. El uniformado tuvo intenciones de matar al joven.

La tragedia comenzó en la noche de aquel Día del Trabajador, cuando “Ricardito” salió de su casa y fue hasta un negocio a comprar. Un vecino lo acompañó y fueron al comercio en una camioneta. Cuando regresaban un grupo de policías los detuvo en un control; les pidieron el documento por averiguación de antecedentes, pero en un descuido Bazán escapó corriendo.

Méndez, auxiliar de la comisaría 59 de La Favorita, salió detrás del muchacho y empezó a dispararle. Seis balas salieron de su pistola reglamentaria calibre 9 milímetros. Uno de los proyectiles rebotó en el cemento y se fue directo hacia la cintura de la víctima; el plomo hizo un recorrido ascendente hasta el corazón.

A Ricardo lo encontró un vecino herido y lo llevaron hasta el centro de salud, donde los médicos confirmaron su deceso. Fueron los compañeros de Méndez los que declararon que él salió en persecución del joven, por lo que desde el comienzo fue el único sospechoso. El peritaje en su arma confirmaría su autoría.

"Ricardito", la víctima.
"Ricardito", la víctima.

Al acusado lo imputaron por homicidio agravado por el uso de arma de fuego y por su condición de miembro de las fuerzas de seguridad, delito con pena única de perpetua.Con esta calificación se solicitó la elevación de la causa a juicio, paso que encontró la oposición del abogado defensor. Para el letrado Gustavo Sarli, el efectivo actuó con negligencia y el caso debería ir a debate como un homicidio culposo, lo que le daría una pena de 1 a 5 años con chances de ser excarcelable.

La cuestión la dirimió ayer la jueza Dolores Ramón, quien le dio la derecha a la fiscal Andrea Lazo sobre la acusación. La investigadora se basó en las pericias balísticas que arrojaron que el auxiliar no disparó para amedrentar a Bazán y que se detenga. Si hubiera tenido ese objetivo debió hacerlo apuntando hacia el piso-donde se hubiera destruído el proyectil-o en un ángulo de 45 grados; saberes que un policía adquiere por su formación. Contrario a esto, disparó colocando el brazo en forma horizontal. Hay otros detalles que complican al imputado: corrió a la víctima 200 metros y disparando en una calle totalmente a oscuras, debiendo prever que podía herir a alguien en estas condiciones.

Las pericias horas después del homicidio/Ignacio Blanco-Los Andes
Las pericias horas después del homicidio/Ignacio Blanco-Los Andes

Además, no pidió auxilio cuando lo baleó y se fugó de la escena. También creen que el uniformado “plantó” una tumbera-arma de fabricación casera-al lado del joven, para simular que éste estaba armado. Los otros policías que estuvieron en el control detallaron que Bazán no llevaba armas.

De estas pruebas se valió la fiscalía para sostener la carátula, avalada por la jueza. A la defensa le queda otra apelación, a la que podrá acceder si presenta una convincente justificación para volver a discutir la calificación.

Bronca previa

Según la familia de “Ricardito”, él y Méndez ya se conocían del barrio y la víctima estaba cansado de que lo llevara aprehendido por averiguación de antecedentes. Es por eso que al verlo en aquella anoche, quiso escapar.

Una versión en su momento señaló que Bazán tenía un pedido de captura, sin embargo, el abogado querellante Lucas Lecour explicó que era una denuncia por lesiones leves en contexto de violencia de género, efectuada por su ex pareja.

El policía tenía un antecedente por abuso de armas-también será juzgado-, delito por el que la Inspección General de Seguridad había pedido su cesantía.

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