Julieta Zylberberg: “A las maestras y maestros hay que hacerles un monumento por lo que están haciendo durante la pandemia”

Entrevista con una de las grandes actrices de su generación, que acaba de estrenar “Post Mortem”, una serie de investigación policial, protagonizada por peritos forenses reales.

Si hubiera que describir a Julieta Zylberberg como actriz, la palabra más acertada para definirla sería “versátil”. Empezó su carrera a mediados de los 90 de la mano de Mex Urtizberea y Nora Moseinco como una de las niñas más carismáticas de Magazine For Fai, la serie televisiva que se convirtió en uno de los programas locales de culto. Ya de adulta, pasó por la comedia y el drama en cine, teatro y televisión y recibió premios por sus papeles en algunas películas como La niña santa, de Lucrecia Martel, y La mirada invisible de Diego Lerman.

La pandemia del coronavirus la sorprendió en medio de dos proyectos que la tenían como protagonista: la obra teatral La Fiebre y Separadas, la novela televisiva del momento que tuvo que interrumpir su filmación en marzo. Mientras la industria cultural busca las formas de renovarse y continuar creando en esta “nueva normalidad”, Julieta vuelve a la pantalla chica para protagonizar la serie Post Mortem, que se estrenó el 8 de octubre.

Creada por Flow y StoryLab y en coproducción con el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, Post Mortem es un policial donde Julieta Zylberberg interpreta a Florencia, una periodista que junto a su colega Guillermo (Esteban Pérez) son convocados por su jefe (Alejandro Awada) para escribir notas sobre los peores crímenes locales. Lo más interesante y particular de esta miniserie de ocho capítulos -que ya se puede ver por la plataforma de Flow- es que está inspirada en casos reales y que, además, incorpora a su trama entrevistas con peritos forenses reales.

“Esas entrevistas fueron de las cosas que más me gustó de la serie”, cuenta Zylberberg en diálogo con Rumbos. “Lo hicimos todo en dos jornadas, venían uno atrás de otro y fue súper interesante, son de otro mundo muy distinto que me da una curiosidad infinita. Cada capítulo es un caso y las preguntas estaban un poco guionadas en base a lo que los personajes tenían que averiguar, pero después nosotros les hacíamos un montón de preguntas y la última para todos era si creían que existía el crimen perfecto”.

¿Y hubo algún dato que te contaran que te llamara particularmente la atención?

A veces es impactante, me pasa también con los médicos, cómo miran su universo que es tan oscuro, tan siniestro, y es su trabajo de todos los días. Miran el asesinato con una frialdad que es muy llamativa. Pero me pasa con neurocirujanos, cardiólogos infantiles, que pienso ¿cómo hacés para después mirar una serie a la noche y cenar patitas?

Al momento de crear a tu personaje, ¿te mantuviste en el guión o leíste algo por fuera para meterte más en el mundo de lo policial?

No mucho, porque mi personaje está completamente ajeno al mundo policial, es una periodista que trabaja en tecnología y su compañero también. Y justamente ese contraste de dos pibes que los tiran a ver muertos y explorar casos, me parece que lo interesante es cómo se afectan con todo ese universo y que termina siendo el gancho que los une a eso, porque finalmente se meten de lleno y eso les trae un despertar en su propia vida de cosas del pasado que tenían ocultas, autocensuradas. Pero por ejemplo cuando hice la serie El jardín de bronce sí me fui a estudiar un poco cómo disparar, porque era policía, pero en este caso era una periodista de tecnología que caía en ese mundo sin ningún conocimiento previo.

La avant premiere de Post Mortem fue 100 % virtual, algo muy particular de los tiempos que estamos viviendo. ¿Cómo experimentás estos nuevos modos de hacer y de comunicar?

Eso me pasó mucho con el estreno de Post Mortem y en las notas que di o también con la función especial por streaming que hice en octubre de la obra teatral La fiebre, que tuvo a su vez un encuentro virtual con el público. Es un retorno al trabajo pero extrañísimo. Me gusta, estoy muy contenta de estrenar una ficción nacional estando tan parado todo y poder hacer la obra, ir a actuar en vivo. Me ilusiona, aunque sea de un modo diferente.

Vi en Instagram que aprovechaste la pandemia para explotar tu lado musical y aprendiste a tocar la guitarra. ¿Lo ves como una nueva veta profesional?

Me gusta mucho cantar y siempre canto, de hecho la cortina de Post Mortem la canté yo y en la obra La Fiebre también canto. Siempre quise aprender a tocar la guitarra y nunca tuve tiempo, pero no profesionalmente, me gusta tocar a nivel fogón. Así que en pandemia me puse a aprender sola. Si sumo todos los momentos de mi vida que estuve en mi casa no llego a lo que estuve este año, pasé mucho tiempo acá sola cuando no estaba con mi hijo. Así que eso estuvo re bueno, toco re mal (risas) pero me divierte agarrar una canción y poder tocarla o acompañarme en el canto. Hice muchas cosas en la cuarentena: cociné, hice rompecabezas, toqué la guitarra y hasta me compré un torno de cerámica (risas).

¿Cómo fue la experiencia de la maternidad durante la pandemia?

Súper difícil, aunque Luis tiene siete años. Creo que más difícil lo tuvieron los padres de niños de 3 o 4 años. Mi sobrino tiene 3 y sé que es más complejo. Tiene para mí una parte interesante que es que uno está acostumbrado a pasar tiempo con los hijos y formarlos pero también van al colegio, vos trabajás, o los despertás y desayunás y después lo ves a la noche, pero otra cosa es estar 24 horas cara a cara diciendo: ¿y ahora qué hacemos? Fue curioso pero hermoso. Creo que los bebés que nacieron en pandemia y que pudieron tener a sus papás en su casa, porque no tuvieron que salir a trabajar, van a ser unos bebés increíbles.

¿Por qué?

Ahora es distinto porque mucha gente está trabajando, pero los primeros meses estuvieron todos re guardados y no había nada para hacer afuera. Pienso que los que tuvieron hijos en pandemia estaban con su bebé, no había nada que te estuvieras perdiendo, no había nada afuera, no había ansiedad. Creo que van a ser bebés muy tranquilos.

¿Y cómo fue la enseñanza en casa?

La escolaridad en casa es muy compleja, muy fuerte. Es para hacerle un monumento a los maestros. Yo le decía a Luis, ¿Cómo hace tu maestra para hacer esto con 35 niños a la vez? Ella sola, alfabetizando. Es de un nivel de amor absoluto y ahora lo revalorizo aún más.

Antes de la cuarentena estabas con dos proyectos, La fiebre, en teatro, y Separadas en la tele. Dos registros completamente distintos, uno más de comedia y otro más oscuro. ¿Te cuesta saltar de un papel a otro?

Es lo que más me gusta. No sé, creo que son distintas facetas que tengo yo. Las dos cosas las puedo sentir cercanas, no es que una me queda a muchos kilómetros. Como actriz me gusta eso y valoro y agradezco tener la posibilidad de hacer cosas muy distintas, que se trata de diferentes colores que tengo yo en mi vida. Hace que lo que venga lo encare con mucho entusiasmo, renovándome en la actividad. Cuando algo me demanda otra zona mía disfruto un montón.

Arrancaste tu carrera desde muy chica, ¿creés que eso te marcó de alguna manera?

Yo creo que el inicio en las carreras artísticas sí te marca. A mí me ha marcado un montón, más que nada en el vínculo con el trabajo. Para mí tanto las clases que tomaba de muy chica con Nora Moseinco y el Magazine For Fai, sí me dieron un vínculo con el trabajo muy sano y muy lúdico y yo creo que eso lo recontra sigo manteniendo. Disfruto muchísimo mi trabajo, no lo hago nunca de taquito y nunca lo padezco. Y eso creo que tiene que ver con cómo lo aprendí.

¿Pensás que fue difícil entrar al mundo televisivo desde tan joven?

Yo no estaba en ningún proyecto muy popular, era más de culto, muy tranquilo. Yo hice el colegio, tuve una adolescencia, fui al Pellegrini, me iba de campamento. Tuve una infancia y una adolescencia muy tranquila, era algo que yo hacía por diversión y por gusto que no me alteró para nada. Por supuesto que tiene que ver con mi crianza y mi familia, mis papás eran otra onda total, les daba bastante temor que yo empezara a trabajar, les parecía medio una pesadilla. Me acuerdo que Nora y Mex me llamaron para For Fai y yo les decía “les juro que está bueno” y mis papás me decían “no no, la televisón no es para que estén los chicos”. Pero les expliqué, los invité para que los conocieran y entonces se coparon, pero fue con mucha calma. Y eso me parece que está bien. Es verdad que ahora todo cambió, nada que ver, es más confuso también creo, pero de todas maneras sí siento que son ambientes muy complicados para los chicos. Es un lugar donde trabajan muchos grandes, no tiene por qué ser un lugar para los niños y siento que fue importante que en su momento mis papás no estuvieran entusiasmados con eso. Y está bueno eso, porque hay mucha mirada.

¿Como madre te gustaría que tu hijo fuera actor?

No sé, lo que él quiera. Pero a él no le importa nada en absoluto, conocer a nadie. No es algo que le de morbo para nada el trabajo mío y de su papá. En casos muy excepcionales lo llevamos al trabajo, cuando no podíamos cubrirnos, y él se re embolaba. Es súper gracioso y todo, pero en su mundo. Yo a su edad era re actriz, con mis hermanas pensando personajes, me maquillaba, me vestía. Él está mas en otra.

Antes de dedicarte de lleno a la actuación estudiaste psicología. ¿Creés que ponés algo de eso hoy en tu vida de actriz?

Muy poco estudié, pero me analizo de toda la vida. Lo que más me gusta es mirar a las personas, ver cómo piensan. Estoy completamente psicoanalizada, me interesan mucho las personas, las emociones. Cuando yo empecé concebía la actuación de otra manera, mucho mas histriónica. Tengo esa veta, obvio, de hecho soy actriz porque veía a Juana Molina, pero también estoy ya hace unos años en una cosa mucho más para adentro. Me gusta empatizar, que me conmueva una actuación que veo. Me parece lindo cuando se puede ver la humanidad de un actor.

¿Hay algo que te gustaría hacer cuando vuelva todo a la normalidad?

¡Tengo unas ganas de trabajar! (risas). Quiero volver a hacer la obra, a filmar, tengo ganas de hacer todo. Pero creo que este año no nos lo vamos a olvidar nunca. Somos una generación que va a haber vivido un pandemia, es una locura. Fue muy particular y creo que todos estamos atravesándolo con obligada profundidad, así que espero que volvamos mejores.

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