Cristina defendió a Fernández y pidió un acuerdo social amplio

Mensajes para todos. La vicepresidenta opinó de la gestión pandemia y del problema estructural que es el bimonetarismo en el país. Criticó a los empresario y dijo que hay ministros que “no funcionan”.

En la víspera del décimo aniversario de la muerte de su esposo, CFK publicó una carta en redes sociales.
En la víspera del décimo aniversario de la muerte de su esposo, CFK publicó una carta en redes sociales.

La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner hizo pública ayer una carta en la que habla del Gobierno, la pandemia, la crisis cambiaria, el empresariado argentino y las acusaciones en su contra sobre la presunta búsqueda de impunidad ante las causas en las que se la acusa de hechos de corrupción.

Tras dos meses de silencio político (al margen de su estricto rol como presidenta del Senado), Cristina volvió a elegir sus redes sociales para expresarse. Lo hizo en la víspera de los diez años de la muerte de Néstor Kirchner, su esposo y antecesor en la Presidencia.

Cristina se defendió de críticas de la oposición, avisó que no tiene incidencia en la toma de decisiones del Poder Ejecutivo e indicó que la gestión está en manos del presidente Alberto Fernández. Pero dejó en claro que no está conforme con el desempeño de algunos ministros.

Y en un párrafo aparte cuestionó a los empresarios de IDEA, a los que acusó de maltratar al Presidente por invitarlo a un evento y no escucharlo; y por no aceptar que el proyecto político que apoyaron e impulsaron, el de Mauricio Macri, fracasó.

“Lo que no aceptan es que el peronismo volvió al gobierno y que la apuesta política y mediática de un gobierno de empresarios con Mauricio Macri a la cabeza, fracasó”, publicó la actual vicepresidenta.

E indicó que “es notable”, sobre todo en el empresariado argentino, “el prejuicio antiperonista”. En esa línea, calificó como “inentendible” esa postura dado que –según ella- los balances de las empresas son mejores durante gobiernos peronistas o kirchneristas.

Pandemia y la crisis

Por primera vez, tras siete meses de cuarentena en gran parte del país, Cristina habló del impacto de la pandemia. Indicó que la Argentina venía de un “derrumbe macrista” y ahora enfrenta una “incertidumbre generalizada” que no permite saber “qué va a pasar con nuestra vida”.

Sin calificar el trabajo realizado por el Gobierno del Frente de Todos, dijo que no está explicado en ningún libro ni hay teoría que resuelva la gestión de una pandemia. “Es permanente ensayo y error. O mejor dicho: brote, contagio y volver otra vez para atrás”, señaló. Aclaró que esto ocurre en todas partes. Y agregó que si bien esto parece será resuelto sólo con la vacuna, aún en este marco de incertidumbre por la pandemia es posible “llegar a algunas certezas, al menos en el campo de la política”.

Tres certezas

La primera consiste en que las diferencias entre el Gobierno y todo el arco opositor (entre los que incluye a los empresarios de IDEA) no es de forma, sino de fondo. Para argumentarlo señaló que ella y Alberto tienen estilos distintos, y sin embargo la misma oposición.

Según dijo, durante mucho tiempo se sostuvo que uno de los problemas centrales durante sus dos mandatos como presidenta eran las formas: “no escucha”, “es confrontativa”, “no dialoga”, "no habla con los periodistas, “no responde preguntas”.

Aclaró que ella nunca creyó eso. Y citó a Máximo Kirchner, su hijo: “¿Y vos que creías? ¿Qué lo de las AFJP, las retenciones, YPF, paritarias libres y juicios de lesa humanidad eran gratis?”. Y señaló a Alberto como distinto, con un perfil más dialoguista, al que se lo ataca por igual.

La “segunda certeza” es que “en la Argentina el que decide es el Presidente”. Con eso intentó desechar la idea de que el Gobierno va por el rumbo que ella determina. “Puede gustarte o no lo que decida, pero el que decide es él”, dijo. Y señaló que el propio “sistema de decisión en el Ejecutivo hace imposible que no sea el Presidente el que decida”.

En su interpretación, como la oposición se ha quedado sin la excusa de las formas, tuvo que pasar a un segundo guión: “Alberto no gobierna”, “la que decide todo es Cristina”, “rencorosa” y “vengativa”, que sólo quiere solucionar sus “problemas judiciales”.

Y la “tercera certeza” es que la Argentina es un “extraño lugar” en donde mueren todas las teorías. Con esto se refirió a la nueva crisis cambiaria que atraviesa el país. Desde el 2003 hasta la fecha, el precio del dólar saltó de 3,40 pesos a 138 pesos (o $190 si se toma el blue).

El crash cambiario

Para Cristina, la crisis actual no es resultado de la pandemia ni de la desconfianza en el Gobierno que ella integra, sino de las políticas aplicadas por Macri que sumieron a la Argentina en “un nuevo derrumbe”, como el de 2002.

“Apenas asumió liberó la cuenta capital, eliminó la regulación cambiaria -levantó el “cepo”- y decidió la apertura indiscriminada de importaciones dando inicio al período de endeudamiento más vertiginoso del que se tenga memoria”, se quejó apuntando a su sucesor en 2015.

Para Cristina, este drama no podrá resolverlo el Gobierno en soledad. “El problema de la economía bimonetaria que es, sin dudas, el más grave que tiene nuestro país, es de imposible solución sin un acuerdo que abarque al conjunto de los sectores políticos, económicos, mediáticos y sociales de la República Argentina. Nos guste o no nos guste, esa es la realidad y con ella se puede hacer cualquier cosa menos ignorarla”.

Para Cristina, el problema de la economía bimonetaria no es ideológico. “Todos los gobiernos nos hemos topado con él. Unos intentamos gestionarlo con responsabilidad. Otros -como el de Macri- siempre han chocado la calesita con endeudamiento y fuga. Pero lo cierto es que ese funcionamiento bimonetario es un problema estructural”, aseguró.

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