Spotting: de estrategia de guerra al hobby de fotografiar aviones

Los spotters surgieron en la Primera Guerra Mundial para detectar vuelos enemigos. Hoy decenas de mendocinos sólo atesoran imágenes de estos gigantes de acero.

Todos los años, Aeropuertos Argentina organiza el Spotter Day, al que asisten profesionales y aficionados para fotografiar aeronaves en los aeropuertos. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes
Todos los años, Aeropuertos Argentina organiza el Spotter Day, al que asisten profesionales y aficionados para fotografiar aeronaves en los aeropuertos. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

Tanto en la Primera -contexto en el que surgió el término y el oficio- como en la Segunda Guerra Mundial, los spotters se convirtieron en actores claves. Su meticulosa y detallada observación, su distribución en lugares precisos y los detalles sobre los vuelos de aviones de combate enemigos que aportaron a las estrategias de sus ejércitos permitieron planificar ataques y contraataques. Y ser cruciales en el desenlace de los enfrentamientos.

A poco más de un siglo del final de la Primera Guerra Mundial, los spotters siguen vigentes. Pero su función, al menos en la mayoría de los países, viró a una temática meramente de esparcimiento: son los aficionados a la observación de aviones pero también de embarcaciones, trenes y cualquier otro tipo de vehículos. Y encuentran en la fotografía un inmejorable aliado como pasatiempo u oficio.

Los spotters surgieron en la Primera Guerra Mundial para detectar vuelos enemigos. Hoy decenas de mendocinos sólo atesoran imágenes de estos gigantes de acero.
Los spotters surgieron en la Primera Guerra Mundial para detectar vuelos enemigos. Hoy decenas de mendocinos sólo atesoran imágenes de estos gigantes de acero.

En Mendoza hay al menos dos grandes grupos de personas que practican spotting en la fotografía, y uno de ellos cuenta con casi 25 aficionados. “Contamos con un lugar por fuera del aeropuerto, que es la cabecera 18. Está al costado de la ruta 40 y es el mismo lugar donde los fines de semana van familias a tomar mate mientras ven los aviones. Ahí es donde solemos juntarnos, con todas las precauciones. Además, los spotters tenemos grupos de WhatsApp donde compartimos nuestras fotos e información sobre vuelos y aviones. Hay una app gratuita para iOS y para Google que se llama Flight Radar 2 que bajamos todos y permite ver el tráfico aéreo, los distintos modelos de aviones, horarios y toda la información aeronáutica de todo el mundo”, destaca Joaquín Robert (17), uno de los miembros del grupo Mendoza Spotter.

La actividad suma cada vez más adeptos y aficionados en Mendoza. A ellos se suman los integrantes del grupo Comunidad Spotter, otro de los que practican spotting en la provincia. Su misión suele estar relacionada con “cazar” -ya sea con cámaras profesionales o de celulares- aviones despegando, aterrizando o carreteando.

Un poco de historia

Aunque no existe un año exacto al que remitirse para ubicar cronológicamente el surgimiento de los spotters y del spotting, sus orígenes se remontan a la creación del Cuerpo Real de Observadores, dependiente de la Real Fuerza Aérea Británica. Fue en el contexto de la Primera Guerra Mundial en que estos profesionales estrategas se dedicaron a conocer y estudiar los modelos de aviones y cómo estaban preparados. Todo con una única misión: anticiparse en sus movimientos cuando los veían venir y contraatacar.

Cuando comenzó la Segunda Guerra ya había 700 profesionales que se dedicaban a esta función. En tanto, durante la Guerra Fría sus maniobras continuaron de forma constante en Europa, con cuerpos profesionales especializados. Y esta continuidad le permitió a la actividad potenciarse y hacerse cada vez más conocida.

Para la segunda mitad del siglo XX, los spotters ya habían ganado un importante espacio en los aeropuertos y aeródromos, y esta actividad comenzó a conjugarse con la fotografía. “Cuando se permitió comenzar a sacar fotos, la fotografía era analógica, por lo que se cambiaban las diapositivas y negativos. Además, se intercambiaba la información que cada uno tenía sobre los aviones y rutas áreas. Pero no era muy simple el intercambio”, destaca Joaquín, quien se fanatizó con la actividad hace poco más de un año.

Actividad en auge

Ya en pleno siglo XXI, los celulares y las cámaras digitales le dieron un mayor impulso a esta actividad (que para muchos es un pasatiempo también). Las comunidades a nivel mundial son cada vez más grandes.

“Para ser spotter o hacer spotting no se necesita más que un dispositivo móvil que pueda captar imágenes. Puede ser un celular, una cámara simple. No hace falta tener una cámara profesional. Todos pueden ser spotter, solo se necesita tener pasión por la aeronáutica y la foto, para que se llegue a combinar. Y estar dispuesto a invertir tiempo y paciencia. Hay que saber que podés estar hasta horas esperando un avión”, se explaya el joven que está terminando la secundaria y que quiere estudiar Comunicación Social para especializarse en fotoperiodismo.

Los principales lugares para la práctica de esta actividad son los aeropuertos o los aeroclubes (el de la Puntilla o el de San Martín en Mendoza, por ejemplo). Sin embargo, muchos de estos apasionados han encontrado otros puntos estratégicos. “El mejor lugar para capturar a los aviones despegando, aterrizando o carreteando es la pista 36, dentro de la base. Pero no está disponible para ingresar a sacar fotos. Por eso es que la cabecera 18 -al costado de la ruta- es la mejor alternativa. Pero también se puede hacer desde casa, si uno vive en una zona por la que pasa una ruta aérea. Yo vivo en el barrio Fuchs, y los aviones que vienen por el aeropuerto me pasan justo por el oeste. Mientras que las avionetas pasan por encima de mi casa. Hasta he llegado a fotografiar el helicóptero de la Policía cuando pasa”, resume Joaco, quien tiene sus objetivos preferidos: las aeronaves grandes, ya sea carga o de pasajeros.

“Cuando vienen aviones de San Pablo o Ezeiza, los días soleados pasan exactamente por encima de mi casa. Aunque ahora no tenemos muchos vuelos”, agrega en alusión al contexto de pandemia y a la suspensión de vuelos en el país.

Claves

Además de la app móvil con los horarios y rutas aéreas, y del constante intercambio de información entre quienes practican spotting, hay un factor fundamental al que estar atento de forma permanente: la meteorología.

“También es clave saber si vamos a tener o no buena luz y, en ese sentido, sirve conocer los lugares. El mejor horario siempre va a variar según el lugar donde estamos. Por ejemplo, podés tener un día nublado y con luz pareja o un día soleado con muchas sombras. En general, la mejor hora son las horas doradas (amanecer -entre las 6 y las 9- y atardecer -entre las 18 y las 20 -), que permiten tonos más cálidos, una mejor iluminación y diferenciar mejor los detalles de las aeronaves en las fotos. Aunque también varía según la época del año”, resume el joven aficionado que conoció la actividad por YouTube y luego se acercó a Luciano Allegui (administrador del grupo del que forma parte) y a su amigo, Marco.

Cada uno de los integrantes tiene sus propias preferencias. En el caso de Joaquín, que tiene una cámara Nikon D 7.100, prefiere capturar imágenes del avión en su totalidad. “Si sale bien la foto, podés recortar los detalles que prefieras (cabina, turbinas, por ejemplo). A mí, desde lo personal, me gusta mucho la foto del avión cuando toca pista y sale humo del tren de aterrizaje. Muchas veces, si las fotos tienen buena calidad, la pueden tomar las aerolíneas para distintas actividades o fines”, cuenta entusiasmado.

Todos los años, Aeropuertos Argentina organiza el denominado Spotter Day. A esa jornada asisten fotógrafos profesionales y aficionados y el personal aeroportuario brinda la oportunidad a los participantes de que fotografíen a las aeronaves en el interior de los aeropuertos. Por lo general, esta jornada se celebra en marzo; y en 2020 quedó suspendida por la pandemia.

“El mundo spotter es un grupo que muy poca gente conoce. Nos gustaría llegar a la gente que tiene la pasión por la foto y la aeronáutica; que nos contacten y se acerquen. Sería genial que más gente se sume y así poder potenciar más esta fotografía”, cierra Joaquín; quien hasta se ilusiona con que un día (ojalá dentro de no mucho) cuenten con un espacio concreto.

Para contactarlos, ingresar a: Instagram @mendoza_spotters.

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