Video: río abajo, el “Ocho” sobre los rápidos del Tunuyán

Los integrantes del Batallón de Montaña se entrenan para enfrentar los ríos de montaña. Entre las exigencias operativas y el progreso, quieren competir en el Campeonato Argentino de rafting.

El Batallón de Ingenieros de Montana 8 es el primer equipo del Ejercito Argentino que competirá en el Argentino de Rafting. / Ignacio Blanco
El Batallón de Ingenieros de Montana 8 es el primer equipo del Ejercito Argentino que competirá en el Argentino de Rafting. / Ignacio Blanco

La línea de río va calcando las dificultades que presentan las piedras en el lecho y al chocarlas estallan levemente esparciéndose como fragmentos transparentes, el agua -a la vista- tiene una densidad más arcillosa por los sedimentos que arrastra la corriente. Dos balsas, con sus kayakistas de apoyo, se lanzarán río abajo por el Tunuyán superior. Los integrantes del Batallón de Ingenieros de Montaña 8, de Campo Los Andes, repasan las últimas instrucciones de las voces de mando. El sargento Marcelo Farías será el guía.

Desde hace dos meses un grupo de miembros del batallón de montaña comenzó a instruirse con Marcelo Flores, guía de rafting y propietario de Río Extremo, para descender por la corriente. Por los resultados obtenidos y el nivel de progreso Maxiliano Guevara (La Pampa), Claudia Chapot (Santa Fe), Fausto Palacios, Rodrigo Barroso, David Catay, Luis Garzón y Marcelo Farías (Mendoza), también piensan en consolidar un equipo para competir por el podio en las distintas fechas del circuito nacional de Rafting.

“Ahora estamos guiando la balsa, estamos aprendiendo; me anime por corajudo y de a poco mis compañeros comenzaron a tomar el mando también. Sabemos que un error del guía puede mandarnos a todos al agua, nos vamos rotando para asumir la responsabilidad de timonear. Nos vamos animando a más, tomamos clases teóricas y practicamos técnicas de guiado y remos en aguas más tranquilas para aprovechar la instrucción”, sostiene Farías; un buzo táctico nacido en Maipú y amante de los deportes extremos.

El ritmo se acompasa por momentos, el grupo pelea sobre un río bajo intentando sostener el equilibrio entre la velocidad y el esfuerzo; sus palas rasgan el agua que se escabulle entre las piedras, avanzan. En el descenso, de poco más de una hora, las balsas recorrerán casi 12 kilómetros entre rápidos de dificultad moderada (clase III). Desde la Estación aforadora, veinte personas se han lanzado al down river. “Somos 15 personas las que comenzamos a instruirnos en esta actividad, no siempre venimos los mismos por razones de trabajo y sanitaria a causa de la pandemia”, agrega Farías.

Pero más allá del entrenamiento para cubrir las necesidades operativas o las demandas del deporte, tanto los integrantes del “Ocho” como sus instructores de Río quieren avanzar más allá de los rápidos y brindar una oportunidad de inserción a los chicos de bajos recursos del Valle de Uco para que se integren y tengan –en un futuro cercano- la posibilidad de una salida laboral. “Además de instruirnos para capacitar a nuestros compañeros, nos gustaría realizar un aporte a la sociedad civil, enseñándoles a guiar en el río a los chicos de zona carenciadas de Tunuyán y otros departamentos para que tengan una oportunidad laboral; algo que ya hemos charlado con Marcelo Flores nuestro instructor”, confiesa el sargento primero maipucino.

El destino lo llevó a Santa Fe para aprender buceo, allí se formó como instructor civil y militar. Luego de 15 años regresó a Mendoza y comenzó su relación con la montaña. “Estamos en Campo Los Andes y tenemos un vínculo estrecho con la geografía cordillerana. Los ríos de montaña se pueden navegar, llevar equipamiento, servir de apoyo. Recorrerlos nos ayuda a conocer el terrenos aunque el río no siempre es el mismo, requiere estar atento, con la intensidad de la corriente se general otros obstáculos, otros desafíos”, puntualiza Farías.

El equipo rema, recibe órdenes, se balancea. La línea del río los exige, hay lugares que se ven diferentes, hacía el dique Tunuyán la coreografía del las palas es una maquinaria tosca. Existe una amalgama entre la respiración y el río. “Los comencé a entrenar, a enseñarle como poder guiar una balsa rio abajo; somos vecinos en Campo los Andes y nos ayudamos. Ellos están cerca del río, los entusiasma recorrerlo, se comprometen con la actividad”, explica Marcelo Flores integrante de la Asociación Argentina de Rafting.

Por el momento están entrenando con dos balsas, llegan a 15 los integrantes del batallón. En el corto plazo el “Ocho” quiere formar una tripulación femenina, contar con más integrantes, tres candidatas se sumarían a la santafesina Claudia Chapot para concretar este cometido. El Teniente Coronel Gustavo Ferrari está al tanto de los detalles del entrenamiento y controla los progresos. “Desde hace dos meses están entrenando en forma regular, se están involucrando y creo que para noviembre tres o cuatro miembros del equipo estarán en buenas condiciones para comenzar a guiar solos”, destaca Marcelo Flores.

El río presenta algunas zonas de peligro, la voz de mando ordena una acción y luego otra. Los rápidos van quedando atrás, el grupo se encamina hacia las costas. Fue un duro round contra los caprichos de la naturaleza, ya en tierra -con las balsas sobre la cabeza- el equipo camina sobre las piedras.

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