Furor en las ventas de insumos para “home office”

Computadoras, celulares y complementos estuvieron entre los más buscados en esta cuarentena. Pero el la suba del dólar les limitó las ganancias, y ahora por las restricciones del BCRA no consiguen mercadería

Cada vez se venden más articulos para clases virtuales o teletrabajo. Fue uno de los pocos rubros que se mantuvo durante la pandemia.
Cada vez se venden más articulos para clases virtuales o teletrabajo. Fue uno de los pocos rubros que se mantuvo durante la pandemia.

Aunque ciertos sectores del comercio tuvieron una caída muy marcada en las ventas durante la cuarentena, hubo uno que se sostuvo, de la mano del “home office” (trabajo desde casa) y las clases virtuales: el de los accesorios y servicio técnico para computadoras y celulares. Sin embargo, con las nuevas restricciones al dólar, enfrentan dificultades para conseguir insumos.

Luis Montaño lleva 30 años en el rubro y reconoce que, con la pandemia, explotó. Si bien las tres primeras semanas no pudieron abrir, después implementaron la difusión por Facebook y Whatsapp, y los envíos a domicilio. Y planteó que, así como ha visto negocios de calzado que casi no tienen movimiento, él no ha parado de recibir pedidos de cámaras web, celulares, mouse, joystick, entre otros. “Si tuviéramos mercadería, venderíamos cinco veces más que antes de la cuarentena”, lanzó.

Es que, desde hace unos días, señaló, los principales distribuidores del país tienen quiebre de stock, porque no saben a qué dólar vender. De hecho, Montaño cuenta que estuvo una semana sin poder comprar mercadería y que, cuando consiguió, venía con aumentos de entre 15 y 18%, aplicados “por las dudas” de que se empiece a tomar otra cotización distinta a la oficial; aunque él había vendido al precio del dólar a $ 65. Esto hizo que, en realidad, haya trabajado 10 días “a la macana”.

Lihué trabaja en un negocio de insumos de computación sobre calle 9 de julio, que recién abrió la semana pasada. Es que también tienen una distribuidora, que les vende a los proveedores locales, y les fue muy bien durante la cuarentena. Esto hizo que demoraran la apertura del local con atención al público, porque debieron ponerse al día con el alquiler y el pago de los servicios.

En estos días, comentó, han vendido muchas impresoras y repuestos para imprimir a gente que estaba acostumbrada a hacer sus impresiones fuera de casa y ahora descubrió -por necesidad- que es más económico y cómodo hacerlo ellos mismos.

Sin embargo, hace una semana que, por el cepo, no pueden comprar más insumos, por lo que está cerrada la distribuidora. Para importar, detalló Lihué, deben hacer un depósito en dólares, pero el banco no les permite sacar el monto que necesitan. De ahí que sólo estén vendiendo en el local céntrico, el stock que les ha quedado, a un monto en pesos equivalente a una cotización intermedia entre el oficial y el blue.

Ludmila Torres cuenta que, cuando se decretó el aislamiento preventivo, los dueños cerraron los cuatro locales de accesorios para celulares y, cuando pudieron volver a abrir, comenzaron con la venta por Instagram y envíos a domicilio. Esto les permitió sostenerse, aunque no alcanzaron los niveles previos, porque algunos negocios están ubicados en centros comerciales, donde la gran circulación de personas los beneficiaba.

En cuanto a los elementos más pedidos, mencionó las cámaras web y los trípodes para celulares, muy necesarios en épocas de reuniones virtuales. También se sostuvo la venta de cargadores. Y si bien vuelven a tener atención al público, son muchos los que llaman para pedir delivery, modalidad que estima van a mantener.

Torres coincidió en que hay dificultades para conseguir mercadería y que eso provoca que haya poca variedad. También, que lleguen al local personas buscando celulares, algo que ellos no venden, porque en las tiendas de electrodomésticos no encontraron.

Ariel, de una tienda de accesorios y repuestos para celulares y computadoras en calle Lavalle, menciona que recién volvieron a trabajar cuando se habilitó la atención al público y que lo que más están recibiendo son pedidos de reparación. Es que, al ver los precios de los elementos nuevos, muchas personas optan por arreglarlos. Así, señaló que antes de la pandemia, una CPU básica rondaba los $ 19 mil y ahora no se consigue por menos de $ 29 mil; en tanto el precio de un celular de gama media a baja parte de los $ 20 mil.

Pero como en la venta, el servicio técnico se ve afectado también por la dificultad para acceder a repuestos, así que, por lo pronto, utilizan los que les han ido quedando. En cambio, Ariel señaló que no han podido responder a la demanda de tablets y notebooks.

En otro negocio de computadoras y videojuegos el panorama no era tan favorable. Ivana contó que no les fue tan bien como esperaban con la venta online y envío a domicilio, y que las ventas no han repuntado con la atención al público. Además, la mercadería es escasa y lo poco que se puede comprar ha subido de precio. La joven planteó que la gente compra sólo lo que necesita de modo urgente y que no tiene dinero, por lo que incluso pospone ciertas reparaciones que no son estrictamente necesarias.

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