Adaptación a la puesta en escena presidencial

En Alfredo Cornejo sí parece haber una clara interpretación de lo que pretende el líder libertario con su avasallante generación de iniciativas. Hay interpretación y visto bueno en muchos casos.

Alfredo Cornejo presentó a 140 nuevos efectivos policiales. Prensa Gobierno.
Alfredo Cornejo presentó a 140 nuevos efectivos policiales. Prensa Gobierno.

Final de año con un proceso de recambio institucional extraño en el país. El fenómeno político que representó Milei electoralmente hablando no termina de ser asimilado por el amplio abanico partidario.

No obstante, en el caso puntual de Alfredo Cornejo sí parece haber una clara interpretación de lo que pretende el líder libertario con su avasallante generación de iniciativas. Hay interpretación y visto bueno en muchos casos. Lo que observa el Gobernador es cómo prepara cada escena el nuevo presidente para, a su vez, ver con qué énfasis encara el rol que le ha tocado ejercer arriba de ese escenario.

Por el momento, el microclima político mendocino se asemeja mucho al reciente cuadro de situación de la provincia de Buenos Aires. Aquí Cornejo consiguió en su momento que el PJ lo apoyara con el paquete presupuestario y que no hubiese planteos por el posible uso del roll over tantas veces criticado. Y en la provincia más grande del país esta semana el gobernador Kicillof logró el mismo objetivo (aprobar el presupuesto) con el apoyo opositor, generándole un malestar muy grande a Milei y su entorno.

Lo que debe entender el presidente de la Nación es que cada ámbito político tiene su particularidad o coyuntura. De eso se nutre la política, que, en definitiva, se basa en el arte de consensuar. Aunque, hay que reconocerlo, existe una delgada línea que separa ese escenario del hartazgo ciudadano cuando las expectativas son defraudadas por largo tiempo. Eso es lo que explica el fenómeno de Milei.

Y como para guardar energías para futuros pedidos en tal sentido, ya se supo que el gobierno provincial pagará deuda en dólares desde marzo valiéndose de ahorros para no tener que usar el mecanismo del roll over, para el que, como señalábamos, esta vez sí está autorizado por la oposición. Como se indicó hace unos días en Los Andes, no hay condiciones en el mercado para “rolear” deuda y se carece de precisiones de lo que percibirá la Provincia proveniente de la Nación después de que el Presidente aclarara varias veces que “no hay plata”.

En lo que se refiere al tablero de la política local, el Gobernador continuó con su pausado armado de segundas líneas en los ministerios posiblemente por dos razones: estar siempre atento a lo que surja desde la Nación y que obligue a algún recambio y, fundamentalmente, estar al tanto del movimiento de cada rincón de la función pública local.

Mientras tanto, Omar de Marchi le pone fichas a su nuevo cargo nacional porque sabe bien, como ya hemos señalado, que su experiencia política le puede resultar de utilidad al oficialismo de cara al debate parlamentario, todavía marcado por la tradicional tranquilidad veraniega y cierta reticencia de lo que fue Juntos por el Cambio para definir posicionamientos. Y esa experiencia, a su vez, puede devolverle al lujanino protagonismo que perdió por su distanciamiento con Juntos por el Cambio ante su decisión de armar en la provincia una agrupación bien local. Sí hay algo que se le deberá reconocer siempre al ahora funcionario del gobierno de Milei: intuyó como pocos la implosión de la coalición a nivel nacional.

Por otra parte, De Marchi sabe bien que su nueva función le demandará tiempo que deberá resignar en parte en Mendoza en su afán de seguir manteniendo en pie a su golpeada agrupación, La Unión Mendocina. Justamente, queda claro que una de las mayores inquietudes del gobernador Cornejo es el futuro político de su mayor adversario actual, por lo menos en lo que tiene que ver con la política local.

Esa suerte de desintegración paulatina que va sufriendo la coalición demarchista juega a favor del radicalismo cornejista, sin ninguna duda. Sabe el Gobernador que él y su partido lideran cómodamente en la provincia. Y volver a tener como aliados a dirigentes que se fueron en su momento de Cambia Mendoza resulta una victoria política de esas que mucho satisfacen al jefe del Ejecutivo. Como el gol del triunfo segundos antes de los penales.

Ese objetivo claro llamado De Marchi puede estar llevando a Cornejo a ser más benévolo con la oposición justicialista, a la que ya no critica como en tiempos no tan lejanos. No lo hace porque haya descubierto nada en especial; es una estrategia clara porque sabe que el modelo kirchnerista está en crisis y como oposición no puede ofrecerle muchos riesgos en lo político.

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