Vinos sin alcohol: ¿La nueva tendencia en la vitivinicultura?

Finalmente, tal como había prometido al inicio de su segundo mandato, Carlos Tizio, presidente del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), puso sobre la mesa la posibilidad de hacer vinos sin alcohol, tras la salida de una nueva resolución del organismo.

¿De qué se trata eso? Se trata de un producto obtenido por desalcoholización del vino que presenta un contenido alcohólico menor a cero coma cinco por ciento volumen (0,5 % vol.). Y la misma normativa también permite el desarrollo de vinos con una disminución parcial del contenido alcohólico del vino por desalcoholización superior al veinte por ciento volumen (20 % vol.).

Así, la industria trata de ponerse al día y comenzar a combatir los movimientos anti-alcohol, que cada día se intensifican en el mundo. A saber: según el reporte sobre la industria del vino en Estados Unidos difundido por el “Silicon Valley Bank” este año, “el mensaje anti-alcohol de la OMS está funcionando. Más de la mitad de los consumidores más jóvenes han concluido ahora que consumir alcohol, incluso en moderación, es perjudicial para la salud. El cannabis es un posible sustituto del vino. Cuando se preguntó a los adultos qué tan dañinos son el alcohol y el vino, los adultos encuestados consideraron que el alcohol es más perjudicial que la marihuana”.

Si bien a los “puristas” del vino este tipo de prácticas les resultan irrisorias, hay un segmento interesante de consumidores dispuestos a probarlo.

Un ejemplo: la industria de la cerveza, en Argentina cada vez más hay cerveza 0 alcohol. De hecho, este año Cervecería y Maltería Quilmes anunció una inversión de 3 millones de dólares e inauguró su primera planta dealcoholizadora en su Cervecería ubicada en Zárate, Buenos Aires, que le permite elaborar Stella Artois sin alcohol en el país. Hay un nicho de mercado allí.

De hecho, esa misma compañía puso en el mercado un espumante llamado “Niempëdo”, con una graduación alcohólica de 0,6%. Si bien desde el INV confirmaron que todavía no hay pedidos formales para presentar un producto de estas características, sí había interés por tener aprobada la práctica enológica. Una de las objeciones en estos tiempos de “vacas flacas” es que los equipos son muy caros. Con la normativa en plena vigencia, habrá que esperar para ver si la industria se sube a este tren.