Buscan padrinos solidarios para ayudar a chicos de bajos recursos a estudiar música en Mendoza

La iniciativa del profesor Gabriel Mignani, autor de distintas acciones solidarias, necesita ayuda para alumnos que ni siquiera pueden acceder al pasaje en micro para aprender a tocar instrumentos. Cómo ayudar.

Gabriel repara instrumentos y da clases de música. Su alumno Joel conserva la guitarra que le regaló y canta “a la gorra”. Ahora busca que otros apadrinen a sus alumnos. | Foto: Los Andes
Gabriel repara instrumentos y da clases de música. Su alumno Joel conserva la guitarra que le regaló y canta “a la gorra”. Ahora busca que otros apadrinen a sus alumnos. | Foto: Los Andes

Una iniciativa loable y solidaria que tiene como fin que todo niño sin recursos que ama la música y desee estudiar un instrumento pueda concretarlo, acaba de lanzar el profesor mendocino Gabriel Mignani, quien desde hace varios años viene realizando una serie de actividades gratuitas en pos de los pequeños músicos que atraviesan situaciones económicas difíciles.

Mignani, autor de “Doná música, recibí una sonrisa”, pensó en los muchos niños y adolescentes que sueñan con tocar la guitarra, el órgano, el piano o cualquier otro instrumento y no pueden hacerlo por falta de recursos.

En principio organizó una colecta que aún sigue funcionando tendiente a que todo aquel que tenga en su casa un instrumento en desuso o en mal estado, lo done para ser reparado (algo que él realiza con sus propias manos) y luego sea entregado al destinatario.

Sin embargo, luego de esta propuesta exitosa que le posibilitó visitar los lugares más inhóspitos de la provincia para entregar instrumentos, ahora va por más: busca padrinos y madrinas que puedan hacer un aporte, siempre orientado a que puedan continuar aprendiendo música.

Las clases grupales para adolescente que brinda Mignani son privadas pero a muy bajo costo. Observó que muchos chicos no pueden acudir, muchas veces por falta de dinero para el transporte o de los elementos mínimos.

Dichas clases se brindan en el aula “Marciano Cantero” ubicada en el oratorio Ceferino, en San Miguel al 500 de Las Heras, en el límite con el Zanjón de los Ciruelos. “Estamos los sábados de 10 a 11 para principiantes y de 11 a 12.30 tenemos una orquesta de adolescentes con algo de experiencia musical. Pero la situación está difícil y muchos no pueden cumplir el sueño de aprender música. La mejor alternativa es conseguir padrinos y en eso estamos trabajando”, anticipó.

“La idea consiste en donar el importe que cada uno pueda, ya que hay muchos pibes que no pueden ni pagar el bondi para ir a estudiar, mucho menos para reemplazar cuerdas, sacar fotocopias, etc. Si tenés una pyme, emprendimiento o sos un particular que desee apadrinar musicalmente con una ayuda mensual, nos aseguramos que puedan ir a clases, tener instrumentos en condiciones, acceder a la bibliografía; en definitiva que cumplan sus sueños al formarse como futuros artistas”, indicó el profesor.

Gabriel Mignani repara instrumentos donados para entregar a los chicos que no tienen para aprender. | Foto: Los Andes
Gabriel Mignani repara instrumentos donados para entregar a los chicos que no tienen para aprender. | Foto: Los Andes

Recalcó que el dinero que recibiría cada niño o adolescente tendría como fin afrontar pasajes de micro, bibliografía, instrumentos en condiciones y clases gratuitas. Es decir, el ciclo completo que necesita un estudiante para progresar en la música. “Si bien las clases en Las Heras son privadas, el costo es muy bajo y el hecho de contar con esos padrinos permitiría becarlos”, informó.

“Necesitamos que esto se visibilice, se replique y que los futuros padrinos se enteren de esta necesidad. Necesitamos apadrinar a estos niños. Pocos padrinos con dinero o muchos padrinos aportando lo que puedan. De eso se trata”, indicó.

Música solidaria

Más allá de lo expuesto, Mignani continúa con las donaciones de instrumentos en distintos lugares de la provincia donde, en forma sorpresiva, muchas veces confabulado con mamás o papás, llega al hogar de los chicos para hacerle entrega de una guitarra, un órgano o hasta un bombo.

Por eso sigue recolectando todo tipo de accesorios e instrumentos en desuso o en mal estado que repara pacientemente en su taller particular.

En sus iniciativas, casi todas solidarias y desinteresadas, se embarcó también en otra que apunta a pacientes del hospital Perrupato de San Martín.

En diálogo con Los Andes, Mignani dijo en su momento que recibió el llamado del jefe de oncología del Perrupato para pedirle colaboración con instrumentos musicales y de percusión destinados a los pacientes de ese servicio que realizan el taller de musicoterapia.

“Al parecer los instrumentos deben permanecer en el hospital, es decir, los profesores no pueden llevar y traer por la contaminación que podría afectar a los enfermos. La idea es que el stock de instrumentos quede fijo en el hospital”, indicó el músico mendocino. Fue así que inició una campaña que ha tenido numerosos adeptos aunque día a día sigue necesitando más.

“Lamentablemente ningún hospital público tiene instrumentos para sus talleres de musicoterapia, de modo que seguiré pidiendo donaciones para otros, más allá del Perrupato”, adelantó.

Mignani aclaró que lo más importante para los hospitales son accesorios de percusión, y no tanto instrumentos de grandes dimensiones, ya que en algunos casos los paciente tienen el brazo imposibilitado por las vías o el suero.

“Por eso insisto, si bien todo es bienvenido, para los enfermos preferimos accesorios de percusión que son ideales para pasar un buen momento, aprender, divertirse y participar activamente de los talleres que se brindan”, dijo.

A través de su proyecto, Gabriel Mignani recopiló miles de historias que involucran principalmente a chicos que aman la música pero no tienen posibilidades de comprar instrumentos. Le mete mano a guitarras, teclados, bombos y todo lo que llega a su domicilio. Por lo general, instrumentos arrumbados que la gente ya usa.

“Si tu hijo desea una guitarra y no podés comprársela, avísame y vemos qué hacemos. Todo es posible”, suele repetir en sus redes sociales.

Gabriel es músico de alma, dicta talleres particulares y también dedica gran parte de su vida a la solidaridad. Por eso admite que siente una profunda alegría cada vez que una mamá o un papá lo contactan para manifestarle el amor de sus hijos hacia la música y la necesidad de contar con una guitarra o un teclado.

Pero no solo se dedica a los niños, sino también a las personas adultas que quieren aprender a tocar un instrumento musical. “Siempre nos dedicamos a los niños y a veces nos olvidamos de los adultos que desean aprender a tocar la guitarra, por ejemplo. Por eso inicié un taller destinado a ellos”, indicó.

También realiza una valiosa actividad solidaria en La Casita de Guadalupe, donde se proyecta para este año crear un aula musical a partir de elementos donados.

Cómo ayudar

Quienes deseen colaborar con la causa, ya sea apadrinando alumnos, donando accesorios de percusión para hospitales o instrumentos musicales, así como también inscribirse en los distintos talleres que dicta, pueden contactarse al 261-6657096.

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