Creía que su vida era una causa perdida, pero dos docentes confiaron en ella y ahora ayuda a jóvenes a salir de la calle

Melina Palma nació y creció en un humilde hogar de Fray Luis Beltrán. En plena pandemia abandonó sus estudios y se recluyó. Dos docentes la “rescataron” y hoy es una activa referente barrial que lucha para sacar de la calle a los jóvenes.

Melina Palma tiene 18 años, vive en un barrio humilde de Fray Luis Beltrán y ayuda a sus vecinos de entre 14 y 18 años para que salgan de las calles y de la delincuencia.
Una vez por semana los lleva a la Asociación de Apoyo Familiar Mendoza para que aprendan computación y tengan contención psicológica.
    
Foto: Ignacio Blanco / Los Andes
Melina Palma tiene 18 años, vive en un barrio humilde de Fray Luis Beltrán y ayuda a sus vecinos de entre 14 y 18 años para que salgan de las calles y de la delincuencia. Una vez por semana los lleva a la Asociación de Apoyo Familiar Mendoza para que aprendan computación y tengan contención psicológica. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

“¿Qué será de mi vida? ¿Qué haré en el futuro si sigo encerrada, sin estudiar y perdiendo un tiempo valioso?”. Melina Palma tenía 16 años cuando, en la humilde piecita que comparte con sus padres y dos hermanos en el barrio 12 de Octubre de Fray Luis Beltrán, Maipú, decidió “plantar bandera”, dejar la secundaria y esperar que la vida transcurriera.

Todavía recuerda esas épocas con cierta angustia: había empezado la pandemia por el Covid 19, el trabajo escaseaba y se venía el invierno, época en que su papá, que era trabajador temporario, quedaba desempleado.

Pero una mañana, todavía no sabe bien qué la impulsó, Melina se levantó y se anotó en el CEBJA Marilín Penna de Ferro, en la misma localidad de Beltrán. A esta chica tímida, de pocas palabras, la recibió Carmen Laffont, quien por entonces era directora. Allí apareció para la joven un motivo para seguir adelante. Se avecinaba el Parlamento Juvenil del Mercosur y una profesora se acercó a Melina, la alentó y le dijo que tenía todas las condiciones para ser una referente.

“Esa profesora, Camila Gallardo, dictaba la materia Formación Ética y Ciudadana. Siento que ella y Carmen me descubrieron, confiaron en mí y me dieron todas las herramientas que necesitaba. Poco después fui nombrada representante en Maipú de ese Parlamento que me ayudó muchísimo a expresarme, a insertarme en la sociedad, a crecer. Fue maravilloso y me abrió puertas inimaginables”, repasa Melina, en un cálido diálogo con Los Andes.

Melina Palma tiene 18 años, vive en un barrio humilde de Fray Luis Beltrán y ayuda a sus vecinos de entre 14 y 18 años para que salgan de las calles y de la delincuencia.
Una vez por semana los lleva a la Asociación de Apoyo Familiar Mendoza para que aprendan computación y tengan contención psicológica.
    
Foto: Ignacio Blanco / Los Andes
Melina Palma tiene 18 años, vive en un barrio humilde de Fray Luis Beltrán y ayuda a sus vecinos de entre 14 y 18 años para que salgan de las calles y de la delincuencia. Una vez por semana los lleva a la Asociación de Apoyo Familiar Mendoza para que aprendan computación y tengan contención psicológica. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

Así, el camino de esta niña dulce e inteligente cambió de rumbo: Carmen la convocó para que formara parte de la Asociación Apoyo Familiar Mendoza, en el barrio Virgen del Pilar, y de allí en adelante los roles se invirtieron.

Porque Melina, lejos de permanecer en su piecita compartida esperando que pasara la vida, es una activa referente barrial con un rol esencial en tiempos de pobreza, delincuencia, deserción escolar y drogadicción.

Hoy, su misión trasciende fronteras: se ocupa de encauzar a los muchos niños y jóvenes que están en la calle, a veces sin rumbo, como ella misma supo estarlo.

“La asociación cumple un papel importantísimo en esta comunidad por los talleres que brinda. Uno de ellos, denominado Mendoza Futura, se encarga de enseñar programación pero con un plus: el acompañamiento de una psicóloga que trabaja para apuntalar, organizar juegos y estar cerca de las problemáticas”, señala.

Le entidad contempla también el Club de Chicas Programadoras, donde Melina intenta aprender todos los días algo nuevo y en forma paralela finaliza la secundaria que alguna vez postergó.

“Lamentablemente la pobreza muestra su lado más crudo y la vemos todos los días. La falta de recursos económicos lleva a otras consecuencias, como la deserción escolar que yo misma experimenté. La falta de sueños, de proyectos. De allí a incursionar en la droga hay un solo paso”, reflexiona.

Y agrega: “Por eso siento que es tan importante esta misión que me delegaron y de la que me siento orgullosa, que es abordar a esos chicos que veo todos los días, acercarme sin invadir, alentarnos a que vengan a nuestros talleres. Un chico en un taller, fuera de la calle, es un chico con futuro. Muchas veces pienso qué estaría haciendo si aquel día no me hubiese levantado, si no me hubiesen descubierto estos ángeles de la guarda que me sacaron del pozo”, repasa, al tiempo que advierte que hoy la droga está al alcance de la mano de cualquier adolescente.

Hija de Darío Palma, que hoy es empleado de una panadería, y de Natalia Díaz, ama de casa, Melina tiene dos hermanos: Valentina, de 10 años, e Ignacio, de 4.

“Mi papá levantó una habitación detrás de la casa de mi abuela.  Antes se dedicaba a la cosecha de la cebolla, no eran tiempos fáciles, siempre recuerdo los momentos más duros que pasamos con mi familia, cuando había que pasar el invierno, pero creo que eso me fortaleció”, rememora.

“Los chicos que andan sin rumbo tiene un gran potencial, no son malos, al contrario, sino que es el contexto lo que los lleva a esa situación. Me reconforta acercarme, hablar, explicar lo mucho que hay por delante y que la asociación está para eso, para ayudar, acompañar y hacer crecer”, sostiene.

Concluye: “Hoy siento una profunda gratitud hacia Carmen y Camila. Incluso muchas veces, cuando me cruzo con alguien como era yo en aquel momento, pienso que soy una de ellas…”.

Cuál es la asociación que ayuda a los chicos a salir de la calle

Asociación Apoyo Familiar Mendoza es una entidad civil sin fines de lucro fundada el 25 de febrero de 1992. La comisión es integrante de la Federación Argentina de Apoyo Familiar y de la Confederación Internacional de Apoyo Familiar, todas ellas creadas por Ana Mon de Alconada, de La Plata, Buenos Aires.

Su objetivo es la atención y promoción de la familia brindando apoyo espiritual y material al niño y las familias.

En setiembre 2022 se constituyó el club de chicas programadoras, un club gratuito para chicas interesadas en aprender programación, producir un cambio positivo, hacer amigas y conocer más sobre el fantástico mundo de la tecnología inauguró el año pasado en el club barrio Virgen del Pilar, manzana G casa 9 de Fray Luis Beltrán, Maipú.

La propuesta nació de la Asociación Apoyo Familiar Mendoza y los talleres consisten en actividades y charlas de las que pueden participar chicas con cero, poco o mucho conocimiento de informática. No hay costo por participar.

El software está revolucionando todos los aspectos de nuestra vida. Es por ello que una parte muy importante del trabajo del futuro va a requerir conocimientos de informática. Sin embargo, las chicas eligen cada vez menos estudiar Ciencias de la Computación”, sostuvo en ese momento Carmen Laffont, docente jubilada y una de las creadoras del proyecto.

“Nuestra misión no sólo es enseñar a programar sino, especialmente, transmitir a las chicas el entusiasmo que tenemos por la informática y por el potencial transformador que tiene. Buscamos que desarrollen relaciones de amistad entre ellas y así generar un grupo de apoyo, interés y crecimiento conjunto. Queremos que conozcan casos inspiradores de otras mujeres exitosas en las ciencias y en especial en las Ciencias de Computación”, amplió.

Cabe señalar que las actividades que se realizan no interfieren con las clases escolares. “Contamos con una red de mentores, responsables por la capacitación y la coordinación de las actividades. La gran mayoría de los mentores son mujeres con roles en tecnología en las empresas que nos apoyan, o voluntarias y voluntarios interesados por el proyecto”, indicó.

Cómo contactar a la asociación

Asociación Apoyo Familiar Mendoza, barrio Virgen del Pilar manzana G casa 9, M5531 Fray Luis Beltrán, Mendoza. Tel. 2615724195. Correo: aafmza.vdp@gmail.com.

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