El desesperado pedido de un hombre para ver a su mamá en sus últimos días

Es un mendocino que vive en Misiones y pese a su urgencia, por las nuevas reglamentaciones de la pandemia, no encuentra alternativas viables para poder estar con ella en su Alvear natal.

Los hermanos Héctor, Mónica y Jorge (quien vive en Misiones) junto a su mamá, Tosca.
Los hermanos Héctor, Mónica y Jorge (quien vive en Misiones) junto a su mamá, Tosca.

Desde hace unos días Jorge Barreto (60) se ha embarcado en una misión que en otros tiempos no hubiera presentado mayores complicaciones, pero que en el contexto actual parece imposible.

El mendocino es oriundo de General Alvear y desde hace 30 años vive en Misiones. Desde allá recibió las peores noticias en voz de sus hermanos: a su mamá, de 90 años, le quedan los últimos días de vida, tal como le confirmaron los médicos. Así es que juntos decidieron no internarla para que pase estos momentos en la tranquilidad de su hogar rodeada de sus seres queridos. Por esa razón él decidió viajar de forma urgente y acompañarla en el final.

El problema fue que cuando comenzó a averiguar por los permisos y requisitos para ingresar a Mendoza se encontró con una gran traba: todo aquel que cruce las fronteras debe hacer 14 días de aislamiento en un hotel. Esto le imposibilitaría estar con su madre de la forma más urgente posible, que es el modo en que ella lo necesita.

“Mi mamá está en una situación terminal complicada, lo que quería era poder despedirme de ella antes de que inexorablemente llegue lo que tienen que llegar. Sabemos que no va a mejorar”, relató Jorge desde la provincia norteña.

Según contó, a pesar de su delicado estado, la mujer permanece consciente: “Por eso es mi desesperación, para poder esta con ella y compartir los ratos que pueda. Porque sé que es la última vez que la voy a ver con vida”, añadió con crudeza.

La última vez que Jorge viajó a ese departamento del sur de Mendoza fue para Año Nuevo, y tenía pensado retornar para Semana Santa, pero se vio impedido por la pandemia. “En tiempos normales voy cada dos meses a Alvear, donde tengo a mi familia y a mis amigos”, detalló. Además posee una finca con ciruelos y vides, que lo mantiene en contacto constante con su tierra natal.

Respuestas negativas

El hombre ha tratado de dialogar con las autoridades para explicarles lo excepcional de la situación, pero todas las respuestas han sido negativas. “Me dicen que sí o sí tengo que hacer la cuarentena en un hotel, lo que no me sirve, porque en esos días puede pasar lo peor y yo sin poder verla”, destacó el mendocino. Consciente de las restricciones, ha ofrecido hacer el aislamiento estricto en la casa de su mamá. “Pero no quieren porque dicen que se puede contagiar”, deslizó. En tanto remarcó que en Misiones hay sólo 40 casos de Covid-19 y que la mayoría ya se ha recuperado.

Él además ha planteado otra alternativa que se utiliza en la provincia norteña. “Si venís con un certificado de ‘libre de Covid-19’, con un hisopado negativo con menos de 48 horas de antigüedad, podés ingresar sin problema”, contó. Él estaría dispuesto a avanzar en este sentido, pero las autoridades con las que se comunicó no lo consideran válido.

Otra opción que le comentaron fue obtener un permiso especial para estar 24 horas en la provincia. “Tendría que entrar al límite con Mendoza, que queda a 100 kilómetros de Alvear, a las 6 de la mañana y estar saliendo a esa misma hora. Eso me daría menos de un día para estar con mi madre y debería estar sin dormir para aprovechar al máximo”, señaló el hombre. Ydestacó que en ese caso debería previamente realizar un viaje de 1.700 kilómetros atravesando provincias en las que no se permite parar y volver a salir a recorrer el mismo camino sin descansar. “Es imposible porque tardaría 20 horas en llegar: una verdadera locura manejar sin haber dormido”, consideró.

Así es que por el momento a Jorge no le queda más que resignarse y no desanimarse. “Espero que alguien pueda comprender mi situación y darme una solución, porque debe de haber muchas otras personas atravesando lo mismo”, deseó. Lo que él pide es que alguien se ponga en su lugar y lo entiendan desde lo humano. “Sólo me motiva el amor hacia mi madre, no hace falta explicarlo”, cerró.

Una paradoja

“Sobre todo tiene muchos años”, dice Jorge Barreto al hacer referencia a su mamá. Ella se llama Tosca Nidia Guidugli y con sus nueve décadas de vida, arrastra muchas dolencias.

Descendiente de una familia muy reconocida en Alvear (entre ellos, el lencinista Federico Guidugli fue intendente del departamento entre 1919 y 1920), la madre de Jorge padece problemas circulatorios. “Tuvo un accidente cerebro-vascular del que zafó, pero se va quedando sin fuerzas. La verdad, ya no la pelea”, se lamentó su hijo, quien también contó que su madre “sufre una sumatoria de cuestiones:también está ventilada con oxígeno y le ponen suero constantemente”.

Barreto remarcó una triste paradoja: por los permisos vigentes, si el caso fuera al revés (si viviera en Mendoza y tuviera que viajar a Misiones)podría hacerlo.

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