Su madre murió, su padre los abandonó y ahora buscan construir su propio hogar: cómo ayudar

Los hermanos Heber y Lucas perdieron a su mamá y viven con una tía en una humilde casa en Luján de Cuyo. Apelan a la solidaridad para construir una habitación con pallets en el mismo terreno. Cómo colaborar.

Lucas siempre recibió los cuidados de su hermano Heber, el mayor. | Foto: gentileza
Lucas siempre recibió los cuidados de su hermano Heber, el mayor. | Foto: gentileza

Heber y Lucas Flores son oriundos de Tunuyán, tienen 18 y 15 años, respectivamente, y la vida los golpeó duro con lo más difícil que le puede suceder a un niño: la muerte de su mamá. Fue en 2019, víctima de un cáncer de útero. Si bien los hermanos quedaron en un principio al cuidado de su padre, finalmente se mudó de provincia cuando formó pareja y los chicos, según sus tías, quedaron a la deriva. Ahora buscan ayuda para construir una piecita donde vivir.

Fueron sus tías Marta y Andrea Lucero, hermanas de su mamá, quienes decidieron tomar cartas en el asunto y darles alojamiento y contención a sus sobrinos en Mayor Drummond, Luján de Cuyo, donde ambas residen. También allí tienen a su abuela, aunque es muy mayor y sufre problemas de salud.

“Los chicos estaban mal, muy solos, casi a la deriva en Tupungato. Con mi hermana decidimos que vinieran a Luján con nosotras. Pero la casa es chiquita y no tenemos las comodidades necesarias para tenerlos, por eso hacemos un llamado a la comunidad”, explicó Marta, en diálogo con Los Andes. Agregó que el proyecto que tienen es construir una habitación en la parte trasera de la vivienda de Andrea para que los chicos puedan instalarse allí.

Marta es empleada municipal de Luján, madre soltera y tiene tres hijos con quienes convive en un solo ambiente. Mientras tanto Andrea, también sostén de hogar, comparte una pequeña vivienda junto a sus cinco hijas. Hoy, Heber y Lucas están con ellas.

“Hicieron una división y duermen en cuchetas. Los chicos están contenidos y tienen la comida que necesitan, pero nada alcanza”, advirtió Marta.

El pedido estuvo desde el principio enfocado a bodegas o empresas que tengan a disposición pallets para edificar ese pequeño habitáculo que les resolvería la situación. “Podríamos levantar una piecita de manera rápida. Entre todos lo podemos hacer, por eso recibir materiales de construcción es fundamental. Somos familias de pocos recursos. Mi hermana Andrea se gana la vida haciendo algunas costuras y manualidades”, indicó Marta.

Muy unidos

Más allá del cariño y el amor que las tías y la abuela les brindan a los protagonistas de esta dolorosa historia, Marta aseguró que “entre ellos dos se sienten única familia”, ya que quedaron solos en los peores momentos peleándola. Tienen, además, una hermanita menor que quedó con su papá, última pareja de su madre.

“De todos modos ellos son muy unidos. Heber se porta casi como un padre con su hermano, aunque no deja de ser un adolescente. Digámoslo así, porque, en realidad, la vida hizo que tuviera que asumir responsabilidades de adulto. Ya trabaja en la construcción y tuvo que dejar de estudiar”, amplió su tía.

En tanto, Lucas terminó el ciclo lectivo en un colegio de Tupungato y retomará el próximo año. “Los dos son excelentes personas, buenos chicos y el menor es muy estudioso. No tiene materias pendientes”, agregó Marta.

Durante el período posterior a la muerte de su hermana, Marta no pidió ayuda para los niños porque vivían con su papá. “Pero ahora decidimos actuar porque se fue fuera de Mendoza y no volvió. Los chicos iban de acá para allá, necesitaban una guía y sentirse contenidos. Nosotros tenemos toda la intención, pero verdaderamente nos hacen falta recursos”, advirtió.

Según agregó la mujer, en su momento pidió ayuda al organismo gubernamental correspondiente, pero dijo que “poco caso” le hicieron. Luego pasó el tiempo, el padre se hizo cargo como pudo y ahora vuelven a quedar a la deriva. “Heber, el mayor, sufrió mucho porque, además de la pérdida de Nadia, su mamá, se hizo cargo de su hermano y lo hace muy bien, con mucha responsabilidad y compromiso”, contó Marta.

Añadió que en algún momento el adolescente pasó por algunas situaciones de ansiedad. “Para que tengan su lugar, su espacio y siempre estén juntos, decidimos con mi hermana encarar esta campaña de solidaridad. Pedimos a quienes pueden colaborar que lo hagan donando materiales para la construcción, mano de obra, en fin, lo necesario para levantar un lugar digno para estos hermanitos”, sumó.

Unidos, buenos hermanos, la vida los golpeó duro. Sin embargo, Marta y Andrea están convencidas de que la campaña dará sus frutos muy pronto y que la comunidad de Mendoza es muy solidaria. “Somos sus tías y siempre estaremos, pero ellos dos forman una familia propia. Se han refugiado entre ellos y queremos lo mejor para los dos”, resumió Marta Lucero, quien dejó los contactos telefónicos de ella y su hermana para quien desee acercar ayuda.

“No es fácil ni agradable contar esto. Los chicos están sufriendo, no es fácil para ellos, pero estamos convencidas de que juntos se puede dar una mano. Pensé en esta campaña, no sé si está bien, pero es lo que me salió hacer”, remarcó.

“Primos, pero como hermanos”

Momentáneamente Heber y Lucas comparten la casa con su tía Andrea y sus cinco primas mujeres. “Por eso es necesario que cada uno tenga su espacio, aunque ellos son como hermanos. Pasa que vivimos amontonados y la casa es humilde”, dijo Andrea, su otra tía.

También aclaró que el Equipo Técnico Interdisciplinario (ETI) intervino en varias ocasiones pero que nunca recibió ayuda. “Sólo me preguntan si los chicos comen, si van a la escuela, si están bien. Pero ni un nylon me han dado”, se quejó.

La mujer dijo que los escasos ingresos que reciben, incluso el generado por Heber, lo vuelcan en alimentos, aunque a veces escasean. “Nos arreglamos como podemos. A veces hay; otras no. Lamentablemente Heber tiene que salir a trabajar, no nos queda otra. Pero Lucas todavía es muy chico”, dijo su tía.

Contó también que sus hijas “adoran” a sus primos como si fueran hermanos y que la enfermedad y la muerte de la mamá de los chicos los sorprendió a todos. “Fue triste para todos nosotros y ni hablar para sus hijos”, explicó.

Andrea cerró: “Lo único que me tiene tranquila es que mis sobrinos reciben todo el amor del mundo y están con nosotros, que somos su familia. Nos faltan cosas materiales, pero somos una familia unida. No les va a faltar apoyo de ningún tipo”.

Cómo ayudar

Para colaborar con estos hermanitos se pueden comunicar con los siguientes teléfonos.

Andrea Lucero: 2612727898

Marta Lucero: 2617 54-3153.

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