Una marcha de 8 cuadras inundó las calles de Mendoza en el #8M y reclamó por el hambre

Como cada 8 de marzo, millones de mujeres de todo el mundo se convocaron para unirse en una sola voz, hacer visibles sus realidades, aunarse en el reclamo por sus derechos, pedir justicia. En el #8M, las calles de la Ciudad de Mendoza se llenaron ayer por la tarde de pasos firmes, abrazos, pesares, injustas ausencias, lucha colectiva, convicciones, fortaleza, y tantas otras cosas, más para fusionarse con el movimiento que internacionalmente se realizó con motivo del Día Internacional de la Mujer Trabajadora y que tuvo sus réplicas en el país.

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Fueron 8 cuadras de una marcha que llenó las calles, de cordón a cordón, en la que se reunieron miles de mujeres pero no faltaron algunos varones.

Como cada año, la demanda y la lucha se tiñó de verde y violeta, de cantos, bombos y aplausos para hacerse oír.

Las banderas se entremezclaban en el aire con carteles que expresaban lo que a cada uno motivó la asistencia o quizás contar al menos una parte de lo que convocó a la multitud.

“Te parecemos muchas? Nos faltan miles”, decía uno, en referencia a una de las más dolorosas demandas del colectivo: los femicidios, que no censan, y de los que hubo varios en Mendoza recientemente. Por eso también se vieron imágenes y pedidos de justicia para las víctimas, cuyas vidas fueron arrebatadas por la violencia machista.

“Igual salario por igual trabajo”; “Las mujeres siempre podemos”, eran algunas de las frases escritas en carteles, algunos más elaborados, la mayoría sencillos, quizás en algún cartón y a las apuradas.

Esta vez, a las demandas de ya muchos años, se sumaron algunas coyunturales, vinculadas al contexto socioeconómico y se expresaron directamente en contra de medidas del gobierno nacional.

“Vivienda, trabajo y salud dignos”, decían algunos, “Si al final somos la casta, nos tenés acá en la marcha”, sostenía una chica.

“Alimentos para comedores”, decían otros. Es que justamente, el lema de las organizadoras en la provincia fue “La urgencia es el hambre”, aunque el pedido coincidió en otras provincias. Justamente por eso, al finalizar la marcha se hizo un festival en la plaza Independencia y allí se recolectaron alimentos no perecederos y leche que habían solicitado como donación para aportar a merenderos y comedores.

“Aborto legal, seguro y gratuito, quieras o no”, recuperaba otro cartel la lucha de tantos años ante el anuncio del gobierno nacional de avanzar sobre la derogación de este derecho.

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Es que sin dudas, esta vez la convocatoria estuvo atravesada por las condiciones socioeconómicas, las medidas de gobierno que sienten que afectan derechos ganados e incluso el riesgo de más avances sobre ellos.

La marea

El movimiento Ni Una Menos Mendoza, que reúne a más de 60 organizaciones, había liderado la convocatoria, a la que se sumaron otras agrupaciones sociales y políticas pero también autoconvocados.

El llamado fue a reunirse a las 18.30 en el Km 0 de Ciudad, en San Martín y Garibaldi. Poco después, la multitudinaria reunión, se dirigió por calle San Martín, hasta Las Heras y luego hasta Patricias Mendocinas para terminar en la plaza Independencia.

Volvieron a ganar las calles los pañuelos verdes y los lilas, algunas caminaban con el mate y otras con sus hijos en brazos. Madres con cochecitos y niños a pie, familias completas, parejas de la mano, algunas en grupo, otras caminaban solas, algunas se confundían en un abrazo al encontrarse por casualidad. Pero todas adherían de algún modo, con cantos, gritos, aplausos, bailes, bombos, a las demandas. Como siempre, no faltaron las caras con brillos, los labios pintados generalmente de rojo o de violeta y vinchas de todo tipo: con flores o con mariposas de colores verde, lila y plateado. Una chica con la falda del colegio pero que se había cambiado la parte de arriba para ponerse una remera lila y gente que fue hasta con el perro.

Pero si hay algo que se destacó es el fervor en el ambiente. El grito exultante ni bien arrancó la marcha, la fuerza que las une para seguir con las luchas que desde años las convocan.

No había clases sociales ni sectores, había gente de todas las edades, pero fue llamativa la presencia de muchas chicas jóvenes.

“Creo que en el contexto que estamos, de avance del neoliberalismo, es importante defender los derechos conquistados y los que falta conquistar; en el discurso dominante se ponen en juego esos derechos”, opinó Nazarena (21). “No hay que dar por sentados los derechos ganados, hay que volver a sacar los pañuelos y estar más unidas, es cuando más se necesita”, apeló.

Gregorio (73) iba de la mano de su pareja, Nora (68), dijo que la ha acompañado varias veces y que está de acuerdo con las demandas. “Vengo porque las mujeres son mis hermanas, no mis enemigas; creo que es hora de que empecemos a aceptar que no es ellas o nosotros, y hasta los machos, machotes de mierda, cuidan a las hermanas, entonces pongamos otro enfoque”, señaló.

“Él es mi pareja, maravillosa”, destacó Nora ante la consulta y dijo que asisten a todas la marchas y lo hacen con su familia. “Apoyamos todas las movidas populares que consideramos justas, y esta, fundamentalmente, que ya empezó hace mucho y que cada vez tenemos que ser más, cada vez tenemos que darnos cuenta de todo lo que necesitamos para que cada vez seamos más libres, más fuertes e iguales, que todavía estamos naturalizando cosas terribles. Mi generación vivió cosas terribles. Esta, afortunadamente, se va alivianando”, remarcó y agregó que cree que están más motivadas por cómo se ha expresado y las acciones del presidente Javier Milei.

Durante el trayecto se pudo escuchar el canto de fuertes voces femeninas que inundaban el ambiente: “Señor, señora, no sea indiferente, nos matan a las pibas en la cara de la gente”.

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Entre las organizaciones presentes estaba el Sute, el sindicato docente local, actividad que tienen una altísima proporción de trabajadoras mujeres y que recientemente han sufrido un recorte de fondos del gobierno nacional. Entre sus carteles advertía: “La escuela pública no es variable de ajuste”.

Las calles debieron cortarse momentáneamente en los cruces para dejar pasar la marea y gente que caminaba por allí se paraba para grabar el acontecimiento. La presencia policial siguió cada trayecto de la marcha desde las veredas.

Demandas

Una vez en la plaza, quienes estaban en los micrófonos destacaron al inicio que el apoyo a las mujeres jubiladas este año tenía que ser especial: “El recorte hacia ellas ha sido criminal”, apuntaron

Entre quienes hicieron la conducción se encontraba la ex reina de la vendimia, Sofía Haudet.

“Quieren invisibilizarnos, pero estamos aquí más presentes que nunca”, fue una de las primeras frases del documento que se leyó en una plaza abarrotada de gente.

Abogaron por los derechos de las mujeres campesinas, amas de casa, docentes, enfermeras, quienes trabajan en merenderos, artesanas, con discapacidad, disidencias, entre otras.

“Hoy marchamos para exigir nuestro derecho a vivir una vida libre de violencias (...) Hoy marchamos para que se reconozca que las tareas de cuidado, que realizamos en su mayoría las mujeres, son trabajo no pago (...) Hoy marchamos, exigiendo reforma judicial transfeminista y con perspectiva de género”, fueron algunas de las demandas.

Entre otras cosas, en el extenso documento se pronunciaron sobre la prohibición del lenguaje inclusivo y en contra del DNU del Poder Ejecutivo nacional: “La violencia de la hiperinflación y la vigencia del DNU ha desordenado y precarizado nuestras vidas, nos ha empujado al endeudamiento y al desempleo. Frente a esta crisis, mujeres y LGBTIQ+ nos organizamos para manifestar que no vamos a ser la variable de ajuste de ningún gobierno”.