Una nochecita de verano, de cerros, rock y aires de Vendimia

Nochecita de verano, cerros, rock del bueno, baladas melódicas y Vendimia. ¿Qué puede salir mal? La segunda noche de la Fiesta de la Vendimia 2024 se vivió con un subibaja de emociones melódicas en el teatro griego Frank Romero Day latiendo desde la tarde-noche y a la espera del rock persa y piojoso de Ciro.

Minutos antes de las 19, acomodados en la parte baja del escenario -pegados a la laguna artificial y prácticamente al lado del público, lo que generó un inmejorable clima de intimidad-, las bandas mendocinas “El Álamo” y “Alejo y Valentín” tuvieron a cargo la previa, con sus estilos característicos y tan antípodas entre sí , tantoque lograron -de alguna manera- complementarse.

Aún con la luz del día -ya un tanto oscurecida por el atardecer-, fue “El Álamo” quien tuvo a su cargo el primer show de la tarde/noche rockera en el piedemonte capitalino. Con sus riffs y power, se encargaron de agitar un poco el avispero y de sacar del letargo a la calma dominical. Mientras tanto, y de a poco, la gente iba ocupando las gradas con sus heladeritas, sus bolsos materos y algún que otro sanguchito o tentempié para hacer más llevadera la siempre difícil tarde de domingo.

Pero con la música y la Vendimia flotando en el aire, bien podría decirse que el domingo a la tarde fue un poquito menos domingo a la tarde.

Pasadas las 20, fue el turno de “Alejo y Valentín”, uno de los dúos más emblemáticos de la movida cultural mendocina de los últimos años, y quienes, tal vez, participaron de su última presentación en dueto. “El arte no caduca, es para siempre y hay que cuidarlo”, fue el manifiesto con que los chicos (Alejo Llanes y Valentín Castro) cerraron su presentación a las 21 clavadas.

“Es un toque muy especial el de hoy, el cierre de una etapa”, contaron los jóvenes de 22 años, quienes llegaron a compartir escenario en un show íntimi de Fito Páez. Los cantantes adelantaron que será “hasta la próxima aventura”. ¿Un adios o un hasta luego? El tiempo lo dirá

El acto central, más tranquila y sin los nervios por la nueva reina

A las 21, en otro de los clásicos de cada acto central (y sus repeticiones), comenzó el juego entre el locutor y el público. Ya sea cuando nombraban a los sectores de las gradas o a los departamentos, la gente aplaudía y vitoreaba. Lo mismo a cuando pregunto quiénes habían llegado para ver a Ciro y los Persas.

Pasadas las 21:30, luego de la entretenida y amena previa, la puesta en escena del número artístico de “Coronados de historia y de futuro” -en su primera repetición- ganó el escenario. En las gradas quedaban algunos claros, lo que evidenció que -al menos en la primera repetición del acto central-, la capacidad del Frank Romero Day no llegó a estar al 100%.

Fue, además, el estreno de la reina y virreina nacional de la Vendimia 2024 sobre las tablas, quienes salieron al escenario antes del inicio del acto central para saludar al público y recibir la ovación de casi 20.000 personas.

“Los invitó a vivir y disfrutar de esta maravillosa fiesta, ¡feliz Vendimia!” dijo, en español y en inglés la reina nacional de la Vendimia 2024, Agostina Saua en la previa a la repetición artística.

Otro millar de personas, además, disfrutó de la previa, del acto central en su primera repetición y del toque de Ciro desde los cerros, algo así como la tribuna popular de la Fiesta de la Vendimia. La misma que festajó cuando a las 23.30, la voz de Ciro arrancó su primera nota.

Ciro y un show persa y piojoso de dos horas

Ciro Martínez, líder de “Ciro y los Persas” y quien alguna vez fuera la voz, el capitán y quien llevaba -sin más armas en la mano- la 10 en la camiseta de “Los Piojos”, se lució con su rol de cautivante y entrador showman.

Durante dos horas, Ciro repasó sus grandes hits con Los Persas, pero también repasó aquellas joyas noventosas -y de comienzo de los 2000- de “Los Piojos”. “Civilización”, “Desde lejos no se ve”, “Pacífico” -en su versión con la Sinfónica de Mendoza, y que fue proyectada en la pantalla gigante- y “Verano del ‘92″ fueron algunos de los himnos que trasladaron al público a los años de “pediculosis” al camping de Luz y Fuerza (para las primaveras) o al estadio cubierto de Pacífico.

A diferencia de otras noches de repeticiones de Vendimias anteriores, que suelen ser domingos y/o lunes (por lo menos), el toque de “Ciro y los Persas” concluyó pasadas la 1:30 ya del lunes (temprano y positivo para quienes trabajaban al día siguiente). Claro que, no sin antes, los juegos con el público en los que el artista anuncia que va a cantar su última canción, el público le ruega que no, y todo este diálogo se convierte en un ida y vuelta musicalizado y a capella con Ciro de un lado y los fans del otro.

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