Para Emir Andraos, si la Nación suspende programas habrá que reestructurar áreas del municipio

El intendente de Tunuyán busca mejorar la eficiencia del municipio y advierte que la Nación influirá en su estructuración. Habla de viviendas paralizadas, anticipa un conflicto en el transporte público del Valle de Uco y respalda el mensaje del gobierno provincial.

El intendente de Tunuyán, Emir Andraos. Foto: Prensa Tunuyán
El intendente de Tunuyán, Emir Andraos. Foto: Prensa Tunuyán

El intendente de Tunuyán, Emir Andraos, es un caso particular para un partido tradicional como lo es el Justicialista. Tiene 47 años y recién en la última década de su vida se dedicó de lleno a la actividad política. Su carrera comenzó junto a Martín Aveiro, en la Secretaría de Deportes del gobierno de Celso Jaque y luego lo acompañó, paso a paso, en su gestión como jefe comunal.

De esa forma, el exvoleibolista que supo brillar en Club Regatas de Mendoza, fue haciéndose camino al andar y hoy comanda los destinos del municipio más poblado del Valle de Uco. “Fue muy vertiginoso e impensado mi recorrido en la política. Si vos me preguntabas cuando tenía 33 años, si iba a terminar como intendente, no lo hubiera pensado”, le asegura a Los Andes. En esta entrevista cuenta sus objetivos y sus preocupaciones, en una etapa económica por demás adversa para los municipios.

-Si bien es una continuidad de un proyecto que inició Martín Aveiro, ¿qué sello propio piensa darle a la gestión?

-El sello es totalmente dependiente del contexto actual. Las herramientas que contás en el día a día quedan supeditadas a eso. Podés tener grandes ideas pero si las circunstancias no te lo permiten... Dicho esto, creo que en la gestión de Martín quedaron resueltas muchas cosas de infraestructura que llevaron al departamento a estar en una situación de ventaja en la región. Hoy esa época de vacas gordas no existe.

Es un momento en que hay que ser menos pretencioso y me parece oportuno encarar la gestión por el lado de la innovación. Tener llegadas más tecnológicas con el vecino, con herramientas de modernización para poder dar respuesta y un mejor control urbano; eficientizar los recursos tanto para adentro como para afuera. Empezar a ahorrar en papel con expedientes digitales hasta poder hacer trámites online para que la gente no deba trasladarse hasta la municipalidad. Tener un chatbot para que pueda hacer reclamos desde su casa, poder dar respuesta inmediata desde el Centro Inteligente de Operaciones con el despliegue de cámaras. Todo un clúster de áreas trabajando en conjunto para poder mejores beneficios. El ahorro en combustible de la flota municipal también. Eso por el lado de la organización del municipio.

Después, lo otro va a pasar por la cercanía y ser disciplinado a la hora de brindar servicios. No van a haber grandes obras ni numerosos cortes de cinta. Es una época de retracción económica, pero no por eso nos tenemos que alejar del vecino o no tenemos cosas a las cuales responder o dar alternativas. Sobre todo sí entendemos que habrá demandas importantes de sectores sociales que acuden al municipio, que termina siendo la primera cara política. Aunque sepan que no manejamos ni la inflación, el dólar o el Impuesto a las Ganancias. Será un año de gran demanda y tenemos que estar preparados para poder ser inteligentes en acompañar a la comunidad.

-El ajuste también afectó el Festival de la Tonada, pero se llevó adelante igual, ¿hubo alguna otra medida puertas adentro del municipio?

-Hubo una reestructuración de las áreas. En esta estrategia de innovación, cambié áreas que tenían mucho desgaste. Más allá de que los funcionarios pudiesen ser eficientes, había que renovar. En mi gabinete incorporé jóvenes sub 30 en algunos puestos. Después, esperamos ver cuál es la dinámica del gobierno nacional porque muchas áreas del municipio están creadas para programas nacionales y se manejan con esos fondos. Como por ejemplo, programas de niñez y adolescencia, de desarrollo y trabajo o emprendedores, entre varios, que los gestionábamos a través de nuestro personal.

Éramos el vínculo entre Nación y ciudadano. Si eso se suspende, habrá que reestructurar el área porque no tiene razón de ser, sí es ociosa. Estamos con incertidumbre, el año ya arrancó y esperamos tener un poco más de claridad. Muchos programas de desarrollo económico se han suspendido, como el de empleo independiente o discapacidad. No cobraron diciembre, ni tampoco van a cobrar enero, pero nadie dice si siguen o no.

Estamos supeditados a eso y también a la Provincia, que seguramente pronto vamos a saber qué programas van a surgir o sí vienen por el lado de Mendoza Activa, Mendoza Futuro, etc. Uno va encuadrando en función a qué recursos externos tiene porque con los propios poco podemos hacer. No somos un municipio que tengamos un músculo de erario disponible para sostenernos. Directamente no tenemos otra opción que cerrar las oficinas.

Con La Tonada fue un éxito haber decidido hacerla y no suspender un patrimonio muy valioso. Con la adaptación de que no podíamos 4 noches, entonces fueron 2 y salió hermosa. La gente estuvo muy contenta. Así será desde ahora en más.

-¿Qué demandas recoge de los vecinos, qué necesidades le plantean?

-La demanda diaria es limpieza, mantenimiento de espacios verdes y asistencia de todo tipo: salud, escolar y deporte. Un problema que vamos a tener será el transporte y será un tema regional. Ya nos juntamos con los intendentes de San Carlos y Tupungato, entendiendo que en todo lo que tenga que ver con la conectividad, vamos a tener grandes dificultades. Con el aumento del precio del transporte y la reinversión que puedan hacer las empresas portadoras de los servicios para tener mejores frecuencias.

Vamos a tener un gran desafío por resolver porque mucha gente va a dejar de usar el auto y se va a ir al transporte público. No sabemos si el sistema está preparado para esa migración de gente, por lo que podría haber un colapso. Nos tenemos que preparar porque la comunidad va a presionar demasiado.

Lo mismo ocurrirá con las escuelas para aquellas familias que no pueden pagar una privada porque se les va la cuota por las nubes. Eso no es poco, sobre todo en zonas dónde hay mucha dispersión poblacional como es el caso nuestro. Todos esos son los problemas que vienen. Una escuela no puedo construir, dependo de la provincia o de la Nación. Más que gestión y diagnósticos no podemos hacer. En salud ocurrirá algo similar.

-En el año 2022 habían sido licitadas 535 casas por parte de la Nación ¿Están en ejecución, fueron entregadas o se paralizaron?

-Cuando se hizo la licitación, las empresas presentaron ofertas mucho más elevadas que el presupuesto, por lo que quedó desierta. Superaban en un 30%. Las empresas aducían ese aumento porque decían que no había personal en el Valle de Uco para levantar 500 casas simultáneamente y había que traer gente de otros lugares, lo cual encarecía mucho.

Entendiendo esa realidad, Martín fue a la Nación a plantear otro método de construcción que no demandara tanto recurso humano y nos habilitaron el modular moderno. En el camino perdimos 200 casas porque se terminaron licitando 300. Hoy tenemos 244 casas al 90% y las otras están por iniciar la construcción, aunque entendemos que no sucederá porque las que están por encima del 80% continúan y las demás se detienen, por lo que mencionó (Luis) Caputo en su discurso. El problema que tenemos, es que si bien se están por terminar, a esas casas les faltan aún las redes de agua y cloaca, más todo lo que es vialidad. Esas obras están a la mitad, por lo que es complejo.

Estoy esperando las designaciones en la Nación para los que estaban a cargo de esos programas. No tenemos comunicación actualmente. Queremos plantear que con estas obras, en 6 meses se podrían entregar casi 250 casas, lo cual no le resuelve solo la vida a ese número de familias sino que impacta en el mercado inmobiliario del departamento, entendiendo que habría una liberación de alquileres grande para aquellos que no tienen acceso.

-¿Esas obras que quedan de urbanización también corresponden a Nación entonces?

-Todo era nacional porque eran tres licitaciones distintas. Casas del Ministerio de Hábitat, agua y cloaca de Enhosa y vialidad (cordón, cuneta y banquina) del Plan Nacional de Suelos. La de Hábitat está en el 90% pero las otras dos están a la mitad y al 30% por las redeterminaciones de precios.

-¿Qué trato ha tenido con Alfredo Cornejo en estos dos meses?

-Me parece que Cornejo ha sido claro en las reuniones que hemos tenido con él. En esta época nos tenemos que poner espalda con espalda, más allá de las banderas políticas y de ser o no municipios oficialistas. Entender que tenemos que salir todos juntos y por eso la última reunión hablamos del porcentaje de retracción que va a tener el presupuesto de un 11% previsto por la caída económica y los índices que se vienen dando. Eso va a afectar a todos los departamentos por igual.

-¿Y cómo los afectó la nueva distribución de la coparticipación?

-Nosotros en particular recibimos algunos puntitos menos, lo cual no nos alegra nada pero tampoco es de gran impacto. Hay algunas cuestiones a resolver que las vamos a trabajar más adelante, como el porcentaje y el coeficiente de estabilización que tiene. Pero creo que el desafío más grande es acomodar y entender que frente al presupuesto que teníamos previsto, habrá una caída de casi un mes de recaudación y cómo nos ordenamos. Sobre todo municipios como el nuestro, donde el 90% de los ingresos es coparticipación. Apenas se toca una tecla allí, nos modifica todo el erario.

Tratamos de tener este dialogo permanente, en una época donde no tiene mucho sentido las disputas mezquinas o lo puramente político. Hay que dar una mano para administrar los recursos y tratar de salir todos juntos.

-Para cerrar, ¿cómo ve al peronismo local actualmente?

-Con los intendentes estamos con mucho diálogo permanente. Hoy no por lo puramente político, sino con llevar adelante gestiones. Sabemos que cuando menos nos demos cuenta, habrá de nuevo una elección y tendremos que ver cómo salimos adelante o nos reestructuramos para convencer a nuestros equipos y militancia de nuclear nuevas fuerzas, nuevos cuadros y visiones de cara a lo que viene.

Entendiendo que perdimos las elecciones nacionales y no somos gobierno provincial, tenemos que hacer un mea culpa de por qué la gente no nos está votando. El desafío es liderar y definir quiénes lo hacen y cómo nos ordenamos, para plantear una propuesta tentadora que le permita a la gente acompañarnos. Renovarnos, aggiornamos o la palabra que quieras.

Está más que claro que no son grandes estructuras las que se necesitan, sino grandes mensajes y propuestas. Si no, Milei no sería presidente. No sirve de mucho las mezquindades en este momento. Hay que abrir el espacio para que entre gente, equipos e ideas nuevas. No podemos repetir las mismas recetas que nos han hecho perder.

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