Habló el chico de Tunuyán que devolvió $ 80 mil que le transfirieron por error: “Son valores que me han enseñado en mi familia”

Mauro Oliver vive en Valle de Uno y tiene 21 años. Hace unos días recibió una transferencia por error y no dudó ni en segundo en “mandar” el dinero de vuelta.

Mauro trabaja en una agencia de quiniela, en Tunuyán - Gentileza Mauro Oliver
Mauro trabaja en una agencia de quiniela, en Tunuyán - Gentileza Mauro Oliver

Mauro Oliver tiene 21 años y trabaja en una agencia de quiniela, en Tunuyán. Aprendió el oficio desde chico, porque en su familia hay varios quinieleros, pero a veces alterna con su trabajo de barbero para hacer dinero extra.

El sábado pasado, al final del día, se puso a hacer y se dio cuenta que le había ingresado una cifra de dinero más alta que lo habitual. Una persona le había enviado 81.247 pesos.

“Tengo una agencia en calle Echeverría al 622. Los sábados son de los días más movidos. Al finalizar el día, me puse a hacer el relevo de cuentas y veo el pago. Me fijo el nombre y me di cuenta de que no era un cliente”, explicó a Los Andes.

“Recibí tres llamadas. Después me comuniqué yo y hablé con el hijo del hombre que me había enviado el dinero. Me dijo que se había confundido y se lo envié de vuelta. Yo sabía que esa plata no era mía”, agregó.

Mauro contó que, por la característica del teléfono, se dio cuenta que la persona que había cometido el error era del mismo pueblo, es decir, de Tunuyán. Ante la consulta sobre cómo habían reaccionado del otro lado, el joven dijo: “Me agradecieron en privado”.

Mauro trabaja en una agencia de quiniela, en Tunuyán - Gentileza Mauro Oliver
Mauro trabaja en una agencia de quiniela, en Tunuyán - Gentileza Mauro Oliver

Los valores se aprenden en casa

Mauro no dudó un segundo en devolver los 80 mil pesos que le habían llegado a través de una transferencia de Mercado Pago y su familia tampoco se sorprendió cuando les contó la historia.

“Yo sé lo que es el trabajo. Sé lo que es ganarse la plata y también lo que es perderla. Son valores que me han enseñado en mi familia. Así me he criado con mis padres y mis abuelos”, dijo.

“Siempre me la he rebuscado en todo. Estudié un tiempo en la Universidad Maza, pero tuve que dejar. Ahora me dedico a la peluquería, la agencia y en mis días libres a la música”, contó.

“Es un hobby. Toco la guitarra y a veces hago canciones. Canto cuando estoy con mis amigos y a mi novia”, confesó con cierta timidez.

Esta no es la primera vez que Mauro devuelve algo a su dueño. En muchas oportunidades se ha encontrado con teléfonos celulares y otros objetos, pero él siempre tiene la misma actitud.

“Para mí es algo normal devolver las cosas que no nos pertenecen. Muchas veces me he encontrado teléfonos en el negocio o en la calle y los he devuelto”, confió.

“En la agencia hay un hombre que siempre se olvida el teléfono o los lentes y siempre se lo guardamos porque sabemos que va a volver a buscarlos”, recordó.

Sin embargo, cuando él ha perdido nunca se lo han devuelto. “No he tenido la misma suerte”, confesó. Pero estas experiencias no condicionan su forma de ver las cosas y elige ser empático.

“Las personas tenemos que tener valores para que la sociedad pueda progresar porque se ve reflejado en todos lados, hasta en la política. Lo vemos días. Hay que aprender y ser solidarios”, cerró.

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