Lucha contra el Covid-19: “Las vacunas son eficaces si se aplican a la mayor cantidad de población”

La inmunóloga mendocina Lucía Ruggieri responde a las dudas que surgen en la comunidad respecto de las vacunas contra el coronavirus.

Lucía Ruggeri, "La vacuna es eficaz y se aplica a la mayor cantidad de gente"
Lucía Ruggeri, "La vacuna es eficaz y se aplica a la mayor cantidad de gente"

Desde que comenzó la pandemia por coronavirus una sola esperanza viene sosteniendo a los países: la elaboración de una vacuna efectiva que pueda erradicar la enfermedad que apareció a fines de diciembre en Wuhan, China, y que sigue azotando al mundo entero.

En los últimos meses, se han estado conociendo noticias cada vez más usuales sobre la posibilidad de comenzar a colocar las que están avanzadas lo antes posible, con el objetivo de frenar los contagios y rebrotes.

Sin embargo, en la espera, son muchas las dudas que surgen, y por eso Los Andes propuso una charla con Lucía Ruggieri, médica especialista en inmunología, jefa de la unidad de Inmuno-Reumatología y Alergia del Hospital Español de Mendoza, quien además se desempeña como docente en el Instituto de Inmunología de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Cuyo.

-¿Cuáles son las vacunas que están en danza para combatir el virus SARS-Cov-2, que produce la enfermedad Covid-19?

-Podríamos decir que hay, al menos, 160 proyectos que han encontrado o que están buscando ser candidatos para una vacuna. La mayoría de ellos se encuentran en “fase preclínica”. Además de esos, hay unos 45 o 48 candidatos que ya están en la fase clínica y de ellos, 11 están en la fase 3.

-¿Y las que están más cerca de mostrar su efectividad?

-Las vacunas que están en carrera son las que están en la “fase clínica”. Entre ellas podríamos mencionar la de Oxford, en el Reino Unido; Moderna, Pfizer, Janssen y Novavax, en Estados Unidos; de China están Synobac, Sinopharm, de Institituto Wuhan, Sinopharm, en Instituto Pekín y CanSino; Centro Gamaleya, en Rusia y Bharat Biotech en India. Estas serían las que están cumpliendo los requisitos, y por eso están administrándolas a grandes grupos poblacionales.

-¿Qué significa que una vacuna esté en la “Fase 3”?

-La Fase 3 de una vacuna es la etapa en la que se busca verificar cuál es la eficacia de la vacuna y confirmar su seguridad, la cual ya estuvo probándose o estudiándose durante las fases anteriores. Es decir, durante la fase preclínica. Durante la fase 3 se administra la vacuna a un gran grupo de población, generalmente se exige que sea superior a 40.000 pacientes. Y lo que se hace es administrar la vacuna y comparar los resultados con el mismo grupo de sujetos o de pacientes que no han recibido dicha vacuna. De esa manera se intenta demostrar si la vacuna es real y eficaz a la hora de proteger contra la infección.

-¿Y cómo se mide esa eficacia de las vacunas?

-La eficacia se mide por la capacidad que tiene la vacuna de prevenir la infección en un individuo que se pone en contacto con el agente causal y que haya sido previamente vacunado. Nosotros podemos administrar una vacuna y demostrar que es capaz de producir anticuerpos o producir respuestas de linfocitos T frente a ese virus. Pero, en realidad, la eficacia en la prevención de la enfermedad se va a demostrar en la fase 3, donde se administra a grandes grupos poblacionales que están expuestos y donde se utiliza un grupo, que es el grupo al que se le administra la vacuna y otro grupo denominado “grupo control”, o “grupo placebo”. De este modo vamos a ver si verdaderamente la inmunidad que generan los que están expuestos es capaz de proteger contra la infección.

-Una vez que esté probada su eficacia y se decida aplicarlas, ¿deberían ser obligatorias?

-Las campañas de vacunación resultan eficaces cuando la recibe la mayor parte de la población y se puede cortar, frenar o erradicar la circulación viral. Por lo tanto, en la mayoría de los casos o cuando estos esquemas no son obligatorios, existe una circulación viral persistente. Esto puede traer muchos riesgos. Uno es que el virus esté circulando y que a veces no se informe bien a la población, es decir, que no se cuente con las herramientas para tomar la decisión si se debe o no vacunar las personas. Por otro lado, que la replicación viral genere mutaciones si persiste la circulación del virus y que estas mutaciones puedan disminuir la eficacia de las vacunas. Por lo tanto, la verdad, no podría decir si deberían ser o no ser obligatorias, pero sí coincido en que los planes o los esquemas de vacunación tienen mayor eficacia cuando la mayor parte de la población es sometida a los esquemas de vacunación.

-¿Quiénes serían los primeros que deberían vacunarse?

-Indudablemente, aquellos que están más expuestos y que pueden exponer también al resto de la población. Por ende, trabajadores de salud, trabajadores sociales, trabajadores de seguridad o quienes trabajan en reparticiones públicas. Posteriormente, la población más vulnerable, como los adultos mayores o aquellos pacientes que tengan comorbilidades. Y, finalmente, el resto de la población.

-¿Quiénes regulan que tal o cual vacuna, entre las que están más avanzadas, ya puedan ser aplicadas?

-Existen normativas claras regidas por instituciones internacionales, y a su vez, reguladas en cada una de las áreas geográficas de cada país, que deben pasar estas reglamentaciones antes de ser administradas en su población, por ejemplo, la FDA en Estados Unidos, la ANMAT en Argentina o las entidades regulatorias en Europa. De todos modos, los laboratorios nombrados tienen publicaciones y se puede acceder a los ensayos en todas las fases durante el desarrollo de la vacuna.

-¿Las vacunas que podrían aplicarse en pacientes, cumplen todos los requisitos?

-Podríamos decir que el requisito con el que menos se ha cumplido, en este contexto, es el requisito del tiempo. La mayoría de las vacunas requieren para su desarrollo un tiempo promedio de cinco a 10 años hasta que estas son puestas en el mercado y se realiza la vacunación de la población. Esto, en el contexto de pandemia, no ha ocurrido. Lo que es real es que se han utilizado bases científicas previas ya establecidas, y conocimientos que se han adquirido a través del desarrollo de otras vacunas para acelerar los tiempos en la producción de la vacuna de coron-19.

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