Opinión
Recuperar la mejor política internacional que supimos tener
El deterioro de la política internacional argentina es evidente en estos últimos 20 años, con la excepción del gobierno de Macri.
El deterioro de la política internacional argentina es evidente en estos últimos 20 años, con la excepción del gobierno de Macri.
Veinte años de kirchnerismo separaron totalmente el significado de las palabras de la realidad de los hechos. El lenguaje ya no explicó más las cosas concretas sino que meramente las justificó y las ocultó. Hoy no debería pasar más lo mismo. Milei no va a transformar el país con su pequeña y sectaria ideología libertaria, sino por lo que ésta coincida con un pensamiento liberal en serio. Acá se necesitan más libros de Alberdi que de Benegas Lynch.
Milei tiene una visión unidimensional de la realidad, que se ve teñida de un cariz moralizante. Esta faceta moralista se hace presente en su discurso de manera recurrente. No es cuestión de ideas divergentes acerca de la economía y la política, sino de modelos virtuosos y modelos viciosos, entre los cuales no hay lugar para diálogo o negociación. Es una lucha a todo o nada.
Pese a su obligación constitucional de asistir al Congreso, ni el jefe de Gabinete ni el ministro de Economía de Javier Milei, cumplen con informar las decisiones que están tomando.
La perplejidad, en algunos casos alcanzando niveles de estupefacción, habrá sido la sensación más extendida entre quienes escucharon el discurso de Milei, en un foro en el que las teorías ideológicas ocupan espacios mínimos y marginales porque las disertaciones se concentran en los temas puntuales más urgentes de la agenda económica mundial.
Se olvida que la cultura, como aquello específicamente humano en contraposición con la naturaleza, excede lo exclusivamente artístico. Hay, en toda sociedad, cultura científica, técnica, religiosa, incluso política. No se agota en el arte. Por eso irrita cuando los artistas se “apropian” indebidamente del concepto de cultura, reduciéndola a su propia obra.
Está claro quiénes son los que quieren dejar todas las cosas como están pero no está tan claro si lo tienen claro aquellos que quieren cambiar las cosas. Lo nuevo siempre es más confuso que lo viejo, pero también es el único camino de la esperanza cuando un mundo entero se derrumba. Que ese mundo es la Argentina hoy.
La mayoría de los argentinos decidió salir de lo que se coincide en caracterizar como la peor crisis desde el retorno de la democracia tirando una moneda al aire. Ahora, sólo resta esperar que nos acompañe la suerte.
Según el sindicalista Hugo Yasky, el DNU de Milei viene a destruir todas las “conquistas populares”, no los vicios corporativos de una elite fallida. Según el cineasta Adolfo Aristarain, todos los votantes de Milei o de Macri son imbéciles, ignorantes o zombies. Y por lo tanto, este gobierno debe caer cuanto antes. Pero no para que se produzca una revolución sino para que vuelvan, claro está, los que estaban.
Tal como era de prever, cuando apenas ha transcurrido un mes de gobierno de Javier Milei, la puesta en práctica de sus políticas ya ha despertado polémicas y resistencias. Si bien lo aconsejable sería tener un poco de paciencia y la cabeza fría, algunos actores ya han optado por hacer clara su postura inflexible tanto a favor como en contra de la administración de Milei.
Es apropiado sugerir a la dirigencia política, en general, un nivel de mesura y prudencia en virtud del difícil contexto que afronta el país. Que se pueda hallar un punto de equilibrio que permita consensuar en base a las propuestas enviadas por el Poder Ejecutivo al Congreso, optando por lo que sea urgente y prioritario.
Las deudas odiosas son las contraídas contra los intereses de la nación, o contra los intereses de un pueblo o contra los intereses del Estado. La de Kicillof por YPF es una de ellas.
En nuestro país llevamos 40 años noveles de democracia en un marco pleno de libertades. Pero el funcionamiento del Estado está en tela de juicio y todos creemos que es necesario reformularlo.
El ingreso, una de las variables que sirve para analizar la estructura social, muestra que en lugar de la antigua clase media argentina hoy se encuentra una clase baja cuya cultura, formación profesional, imaginario y aspiraciones siguen siendo de clase media.
Veni, vidi, vici es una locución latina para referirse a una victoria rápida y concluyente. La locución es atribuida popularmente al general y cónsul romano Julio César quien, de acuerdo a Apiano, la usó en una carta al Senado romano alrededor de 47 a. C. después de su victoria sobre Farnaces II del Ponto en la Batalla de Zela (actual Zile, Turquía). La locución sintetiza bastante bien la victoria rápida, concluyente e inesperada de Javier Milei en Mendoza, donde la parte mayoritaria de su dirigencia local o bien simpatiza mucho con él, o directamente se rindió a sus pies. Y donde la ciudadanía expresó de manera por demás aplastante su atracción hacia él. Y eso que, a diferencia de Julio César, vino poco a la provincia, vio apenas algo pero los conquistó contundentemente a todos.
A lo que debe abocarse el Congreso es a modificar la ley 26.122, estableciendo un plazo para que el Congreso trate los DNU y si no lo hace se caen. Por otra parte en un sistema bicameral, no puede aprobarse, reformarse, derogarse leyes y menos Códigos, con el voto de una sola Cámara.
De tanto creer cierto peronismo que su identidad era la única que representaba a la argentinidad toda, hoy su columna vertebral, el sindicalismo, se pone al frente de las corporaciones y de la reacción conservadora para defender los privilegios de las elites.
Cada vez se ve con más claridad que si algo reverdece en la vida de los argentinos es mayormente como consecuencia del esfuerzo de la gente que por la iniciativa de los políticos que deben representarla.
La deuda en nuestro país tuvo diversos destinos, por ejemplo la guerra, las obras públicas, el déficit comercial, la balanza de pagos y sobre todo. desde los 90, el déficit fiscal.